Los datos del CEO, el CIS catalán, han sido implacables, y aunque el último estudio sigue barriendo para casa -como Tezanos, que te meto mano-, o sea, para el PSC -al que sigue colocando como primera fuerza política- confirma lo que ya se sabía: el impresionante ascenso de Aliança Catalana, la formación de Silvia Orriols, que quedaría prácticamente empatada con Junts, situándose como tercera fuerza política, si no es que la barre. Los votantes de Junts no perdonan el vacile que se han traído con el desgobierno en España y, no haber conseguido nada de lo que anunciaban como irrenunciable.
La cuestión va más allá de la política y es que hay sectores vinculados a la comunicación, a los asuntos públicos y a los medios que están muy preocupados con la ascensión de Orriols y su partido. Una preocupación que ha llegado incluso a Madrid, donde ciertos dirigentes empresariales catalanes han ido expresando su “preocupación”, en ciertos medios de comunicación por la subida de Orriols. ¿Han llegado, incluso, a solicitar que se baje el diapasón sobre la presencia mediática de Aliança Catalana? Todo parece indicar que sí.
Desde luego, los medios catalanes son un hervidero contra la formación ‘ultra’, especialmente La Vanguardia del conde de Godó/Boixa, siempre garante de los chanchullos ‘indepes’ si vienen con traje y corbata, defensores de la mafia Pujol… Y algunos madrileños -muy pocos, todo sea dicho- también. En Madrid, la hostilidad contra Orriols es más sincera, porque se basa -en su mayoría, aunque haya excepciones- en confrontación ideológica, no en intereses crematísticos.
El misterio de esta actitud pasa, como siempre, por el poder y el dinero, que es básicamente lo mismo. Cierto lobby movido desde Barcelona anda preocupado por el hecho de que la irrupción de Orriols debilite a Junts, formación donde todavía cuentan con contactos. El temor que existe en esos ámbitos es el de perder la influencia que ejercen -vía medios, vía equipos de fútbol, vía gildas con mejillones- sobre la clase política catalana ‘clásica’, sea ‘indepe’ o ‘españolista’. Orriols se les escapa y, además, ha mostrado poca propensión a componendas con los ‘cosmopaletos’ de la Ciudad Condal, especialmente los que dicen defender al empresariado de Cataluña.
Vaya lío: Los amigos de mis amigos son mis amigas…
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