Una de las primeras causas de volver a la luz para los humanos es la autoinmolación. Los hay que se suben al coche con el cáncer de su pareja y se estrellan contra una columna de un puente. Los modelos son infinitos, como las enfermedades instaladas en sus pobres cerebros y que se reducen a: dinero, posición, pintamonerismo y más dinero, para quemar…
Qué se le pasa por la cabeza a un preso en una celda de 10 metros cuadrados, cuando medía más la caseta de su perro. Qué pensará aquel que pidió un crédito ICO, del que le dieron la mitad, menos la quita y ha perdido hasta la dignidad. Qué sentirá esa mujer que llega a casa y se encuentra a su hombre tumbado, sin saber dónde ir y oliendo a alcohol recalentado. Qué futuro le espera a una juventud, que es capaz de colgar su futuro de un árbol, porque no saben decir NO. Qué instrucciones están dentro de cerebros programados para autodestruirse… Las preguntas que me surgen son millones, podría escribirlas todas y me faltarían otras mil…
Y, dicen los que saben de este desagradable comportamiento, que una vez que se ha intentado, ya sea por llamar la atención o vaya usted a saber, se repite, se repite y así, hasta acabar con la vida de la persona. Ya sea dejándola mirando al techo, con el cerebro como una patata o pasando a ‘mejor vida’. ¡Eso será para los que no repiten!… Porque lo que sí está y queda claro, es que esto, es una prueba dentro de una gincana y el que no pase esta pantalla, repite… Lo dirán en breve los científicos que niegan la nada, para acoger el todo de la nada, de la nada del todo… circunloquios en bucle que degeneran el descanso y la reposición molecular, por lo cual neuronal.
La muerte es el final… no, es el principio de un nuevo final.
Vivimos y nos movemos en un mundo en el que todo es mentira, buen título para un programa de la tele… jajajajajajaja… pero es VERDAD, ¡TODO ES MENTIRA! Nada de lo que vemos tiene nada que ver con la realidad, todo está manido, atado, desatado, desatalentado, desatendido… Son muchos los seres deambulantes que creen todavía, a sus 80 años de natrón, que les va a tocar la lotería, que van a encontrar el amor de su vida, que están cerca de entender…
En una sala, sin demasiada luz. En aquella esquina que es ésta, te verás sentado, allí donde abandonaste a tus mayores, para repartir lo que nunca existió. El dinero no da la felicidad, la muerte no es el final y en la fila de los mancos llevan prótesis de Ottobock…
En un lugar del alma donde sólo llega tu pineal está la respuesta.
pedro de aparicio y pérez de Lucentis.
