La esclerosis múltiple gana peso como reto sanitario y social en España, donde ya afecta a más de 55.000 personas, un 15% más que hace quince años, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). Con motivo del Día Nacional de la Esclerosis Múltiple, que se celebra el 18 de diciembre, los neurólogos alertan del impacto creciente de esta enfermedad crónica, inflamatoria y neurodegenerativa, que suele debutar entre los 20 y 40 años y afecta a las mujeres con una frecuencia tres veces superior a la de los hombres.
El aumento de casos se explica, en parte, por la mejora de los diagnósticos y la mayor eficacia de los tratamientos, pero también por una mayor incidencia ligada a cambios en los hábitos de vida. La SEN subraya que la esclerosis múltiple es una de las principales causas de discapacidad neurológica en adultos jóvenes y que su evolución impredecible condiciona de forma directa la vida laboral, social, familiar y emocional de quienes conviven con la enfermedad.
Un impacto económico y laboral difícil de asumir
El diagnóstico tiene un fuerte impacto económico en los hogares. En las primeras fases, las familias destinan una media de más de 7.000 euros anuales, una cifra que puede superar los 18.000 euros en etapas avanzadas. Además, en el 44% de los casos son los propios familiares quienes asumen el papel de cuidadores principales, lo que a menudo implica abandonar el empleo y afrontar elevados niveles de ansiedad, estrés y depresión.
La repercusión en el ámbito laboral es especialmente acusada. En España, el 83% de las personas con esclerosis múltiple termina dejando de forma prematura su puesto de trabajo o encuentra grandes dificultades para acceder al mercado laboral. La fatiga, los problemas de movilidad y el deterioro cognitivo figuran entre los principales síntomas que explican este abandono.
A nivel global, el coste anual de la esclerosis múltiple en España se estima en 1.400 millones de euros, con un gasto medio de 46.000 euros por paciente. Desde la SEN insisten en que el diagnóstico precoz y una atención integral y equitativa son claves para frenar la discapacidad y reducir costes. Reclaman reforzar los circuitos de detección temprana, mejorar el acceso a pruebas diagnósticas y avanzar hacia planes integrales que garanticen una atención homogénea en todo el territorio.
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