Las cosas siguen sin estar claras en el equipo de Pedro Piqueras. Las audiencias siguen sin acompañarles y pasan de puntillas la férrea disputa entre Antena 3 y La Prera los telediarios. Paolo Vasile ya ha manifestado que las cosas no pueden seguir como están y que hay que hacer tantes retoques, incluso en la estructura de la plantilla. Después de ver lo que ha pasado con Atlas en la redacción central de la cadena ya han comenzado a barajar la posibilidad de un ERE encubierto, que se podría hacer efectivo antes del final de temada.
Vasile ha dicho basta. Las cosas no pueden seguir como están. Y es que el Consejero Delegado de Telecinco sabe que con el nuevo mapa de las teles que ya se está configurando, las cadenas generalistas sin unos informativos fuertes y con personalidad, se perderán entre toda la enorme oferta temática de las TDTs. El tema es recurrente y se conversa en la Industria: Antena 3 y La Prera podrán aguantar mejor el tirón de las nuevas cadenas gracias a que tiene equipos informativos sólidos.
No nada, todas las teles señalan insistentemente que el alma de toda cadena son sus equipos de noticias. ¿Y cuál es el alma de Telecinco? Unos telediarios que sólo son fuertes en la mañana y que la noche duran menos de veinte minutos, entre sucesos, detes y alguna que otra noticia curiosa. Es ello que el equipo directivo de la cadena ya ha pedido un cambio profundo, un cambio de verdad.
Esta vez no se hablan de contenidos –como cuando salió Juan Pedro Valentín sino que de cambios más profundos, de plantilla y de cargos dentro del equipo. En estos momentos Pedro Piqueras debe estar pensando la forma de reflotar sus telediarios, aunque las órdenes de Dirección buscan una estructura completamente distinta a lo que se está haciendo en estos momentos.
Como es lógico, la redacción ha reaccionado con preocupación, ya que nadie les ha explicado que pasará realmente y hacia adónde apuntan los cambios. Se habla de reestructuración y muchos temen un ERE encubierto que se podría completar de aquí al final de la temada. Después de ver lo que ha pasado en Atlas donde gran parte del equipo de regiones ha pasado a productoras externas, en la redacción de Madrid, ya nadie sabe que pensar.
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