El Gobierno de China anuncia una lista negra de periodistas dando un paso más en su control estricto sobre la prensa del país. Hasta ahora, la represión era la forma de control más extendida en China, una manera de infundir el temor entre los periodistas para dar lugar a la autocensura, sin que eso signifique que el Gobierno se olvidase de la censura previa. Pero ahora no sólo veta información, también profesionales.
Los 'fichados' no podrán trabajar en las redacciones. De acuerdo con la Administración General de Prensa y Publicaciones, encargada de marcar las normas que rigen sobre los medios chinos, ‘la gente que entre en la lista de transgresores quedará excluida de los trabajos de redacción y edición informativa', según recoge hoy China News Service. El motivo que argumenta este organismo para dar semejante paso atrás en el derecho a la libertad de informar y recibir información, es que trata de acabar con las noticias falsas. Li Datong, ex director de 'China Youth Daily', que fue despedido del diario su actitud crítica con la censura, le ha dicho a la agencia Reuters que este argumento es una tapadera, ya que existen muchas formas de combatir esas noticias falsas.
El anuncio se produce apenas un par de días después de que Pekín anunciara que los periodistas de Hong Kong y Macao deberán obtener un permiso, silar al que necesitan los periodistas extranjeros, para trabajar en el país. Los redactores, ahora, deberán contar con el consentiento previo de las personas que deseen entrevistar antes de poder tramitar los papeles, lo que lita los movientos de una prensa hasta ahora mucho más crítica y libre que la china.
China es el país con más periodistas presos ejercer su profesión, con un total de 28 encarcelados en 2008. Su caso es paradigmático para algunos países asiáticos como Vietnam, Birmania, Tailandia y Malasia, que están tando su modo de controlar la prensa, lo que es aún más preocupante. China ha demostrado que aunque el mundo esté mirando puede seguir ejerciendo su control, tal y como recoge el últo informe ‘Attacks on the Press' del CPJ (Comité para la Protección de los Periodistas).
Ejemplo de ello ha sido cómo han tratado de esconder al mundo la revuelta del Tíbet, cómo durante los Juegos Olímpicos de Pekín han puesto sus normas a la prensa internacional, cómo han escondido el escándalo de la leche contaminada, que no llegó a nuestros oídos hasta mucho después de su inicio, y cómo una empresa como Google se ve obligada a filtrar información para operar en China. Precisamente durante estos días se está restringiendo en el país la consulta en buscadores como este la palabra Zhengzhou, ciudad del centro de China en la que ahora mismo se está sufriendo una gravísa sequía.
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