Se ha clausurado la 63 edición del festival de Cannes, y como no podía ser de otra manera, las estrellas que más brillan en el firmamento del cine no han defraudado.
Vestidas como si quisieran recuperar el glamour de los años 40 y 50, que tanto echan en falta los diseñadores con más nombre, pasearon la alfombra roja del que los cinéfilos consideran el festival más prestigioso del mundo.
Como una sirena aparecía Salma Hayek, de Gucci, que pertenece al grupo de empresas de su marido François Henry Pinault. La siempre acertada en las red carpet, no así en la pantalla, Kate Beckinsale acudió con un espectacular vestido negro de Nina Ricci de la próxa colección otoño invierno.
La premiada en el festival su interpretación en Copie Conforme Juliette Binoche, eligió para lucir Palma y palmito un discreto vestido blanco que hizo grande con un espectacular collar de Cartier.
El actor español Javier Bardem, galardonado su interpretación en la película Biutiful, de Alejandro González Iñárritu , escogió un sobrio traje de Gucci, para consolidarse como uno de los mejores actores del panorama internacional, con una Palma de Oro en su poder, un Oscar, cuatro Goyas y un Bafta.