¿Cumplen los radares su función de seguridad vial? Según los investigadores, sí. Concretamente, un estudio de la Universidad de Queenslan en Bisbane (Australia), publicado en The Cochrane Library, indica que la instalación de radares provoca un descenso de la velocidad de los conductores, así como un menor número de accidentes y una reducción de las víctas. Para llegar a esta conclusión, se han analizado numerosos estudios previos sobre su pacto.
El director general de Tráfico, Pere Navarro, anunciaba antes de verano que se instalarían entre 150 y 200 radares año hasta alcanzar la cifra aproxada de 2.000 dispositivos de velocidad fijos. La seguridad vial es la principal premisa utilizada la DGT y, aunque muchos la han cuestionado, un reciente estudio indica que realmente influyen en los accidentes de tráfico.
Los radares instalados en zonas urbanas repercuten en la actitud y comtamiento del conductor: se reduce la velocidad, hay menos accidentes y, lo tanto, disminuyen las víctas de la carretera. Así lo demuestran varios estudios previos sobre la evaluación del pacto de los radares, concretamente, 35 informes llevados a cabo entre 1984 y 2009 en distintos países como Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido y Australia, entre otros.
Según Cecilia Wilson, directora del informe, no sólo se reducen los fallecidos sino que también baja el número de traumatismos que se derivan de ellos. De hecho, incide en que los radares están contribuyendo al cambio cultural de conducir más despacio.
Así, los estudios indican que la velocidad se redujo entre un 10% y un 35% tras la instalación de los radares. Además, 28 de los informes hicieron hincapié en sus efectos sobre los accidentes, encontrando en todos una disminución de colisiones en las zonas cercanas a los dispositivos de entre el 8% y 49%. En esta línea, los accidentes con resultado de lesiones leves también bajaron entre un 8% y un 50%; mientras que se redujeron entre un 11% y un 44% en el caso de lesiones graves o fallecidos.
Hay que destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) predice que hacia 2020, los accidentes de tráfico en carretera pasarán del noveno al tercer puesto en la clasificación de enfermedades causantes de discapacidad. De hecho, cada año mueren casi 1,2 millones de personas en todo el mundo este motivo y entre 20 y 50 millones de personas sufren heridas o discapacidad culpa de siniestros viales.
¿SOLUCIÓN EN LOS RADARES DE TRAMO?
Muchos conductores vuelven a acelerar tras haber pasado el radar fijo. La solución podría estar en los radares de tramo, los nuevos dispositivos que próxamente comenzarán a utilizar desde la Dirección General de Tráfico. La idea es comenzar con tres: uno en el túnel de Guadarrama en la autopista AP6; otro en el túnel de Negrón, AP66 que une Asturias y León; y un túnel de la carretera de Andalucía, la A7, dentro de la enmarcación de Málaga.
Estos radares constan de dos cámaras, cada una en un tramo, y mide la velocidad media que el conductor ha tardado en ir de un punto a otro. Wilson considera que ésta podría ser la solución a dicho problema, pudiendo llegar a cambiar la cultura del exceso de velocidad.
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