Crónicas del Hi-Malaya: Y por fin habló Juan Antonio Roca

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GORKA ZAMARREÑO (ENVIADO ESPECIAL A MÁLAGA) El prer acusado en declarar fue Florencio San Agapito, ex comisario de policía y miembro de ese extraño club suizo donde se dio un pelotazo urbanístico valor de más de 10 millones de euros. El ex comisario, bajito y de gesto firme, ha driblado a la fiscalía y acusaciones dando una auténtica lección de amnesia. No sabía nada. Vaya que el millón de euros conseguidos en concepto de plusvalías (y que olvidó declarar a Hacienda hasta el año 2008) le cayeron del cielo (¿suizo?) sin que él lo esperase. Despropósito.

 

Tras la sarta de estupideces expuesta Floro (Roca dixit), el ex gerente de urbanismo del Ayuntamiento de Marbella hacía aparición pasadas las 13.00 horas. El denominado “cerebro” del mayor caso de corrupción municipal ha lucido en excelente forma, demostrando un punto de superioridad que su estancia entre rejas no ha mermado. Al inicio de la declaración ha manifestado una versión contradictoria a la del, también ex edil, Pedro Román, al afirmar que entregó al salmantino un total de 741.000 euros para adquirir el 15% de la sociedad con la que se compró la parcela de “Crucero Banús” y de la que Román era el propietario del 62 ciento.

 

Román afirmó en su declaración que la entrada de Roca fue posterior a su participación, algo que no concuerda con la entrega en mano de cuatro cheques y 50.000 euros que el ex gerente hizo al ex edil marbellí. Roca ha dicho que fue el entonces alcalde Jesús Gil, y no él, quien estableció las condiciones del convenio urbanístico Crucero Banús. “El alcalde era el que establecía las condiciones siempre. Román habló con Gil y le dijo que estaba interesado en esos terrenos. Existía un convenio anterior sobre esa parcela, pero Gil, precisamente, ser Román, no mantuvo los parámetros anteriores con el prer propietario y dio instrucciones para que se duplicara la cesión de los aprovechamientos, que pasaron de 60 millones a 240 millones”. Sin embargo, la compensación obtenida finalmente el ayuntamiento fue de 40 millones de pesetas.

 

Para rematar, Roca ha admitido que tanto los fondos utilizados para la operación como los beneficios obtenidos fueron totalmente opacos para las autoridades españolas.

 

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