El título del presente trabajo lo tomo prestado del libro escrito Luis Felipe Galeano Luife, que todavía está caliente. Acaba de salir del horno. Él lo subtituló Cuentos de un cubano mudo, pero nada más lejos de la realidad. Asentado en España desde hace más de veinte años, Luife sigue estando, en alma y mente, en ese bello país del Caribe, convertido en una isla perdida en el mar obra y gracia de un sistema que tiraniza a toda una angustiada población desde hace más de 50 años.
Son cuentos, doce para no llegar a ese número fatídico o mágico que muchos opinan que da mala suerte, donde la música ocupa un lugar prordial en los mismos, al igual que las vivencias de los cubanos en los distintos países en los que se han visto precisados a exiliarse o emigrar. Sin dejar de tocar con fino humor ese humor siempre presente en los cubanos, sobre todo en los momentos más difíciles de su vida andamos los vericuetos del Metro de Madrid de la mano de Adalberto, intentado aprender a tocar el saxofón con Mongo y he vuelto a la infancia para preguntar: Papi, ¿en Cuba hay mangos?
Luife no es un cubano mudo. Durante sus palabras de presentación en la Fundación HispanoCubana todos le vieron correr las lágras. Su cuerpo estaba en Madrid pero su corazón se encontraba en medio de la deteriorada ciudad de la Habana. No era el único de los presentes con esos sentientos a flor de piel.
Caminar las calles a oscuras e inseguras, a altas horas de la madrugada, de una ciudad detenida en el tiempo al perder la confronta, ese autobus único y preciso en su horario e itinerario, siempre con su variada carga humana trasnochadora, bohemia, que ya perdura más de cincuenta años de desgobierno.
Es un libro bien cocinado, madurado y sobre todo positivo. Que nos invita con optismo a seguir la luz que está al final de un largo camino recorrido en busca de la democracia y la libertad.
Una isla perdida en el mar
JULIO CÉSAR GÁLVEZ
Periodista
Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75
