La implantación del Código Infarto ha reducido bastante la mortalidad por infarto

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“La adopción de los programas de Código Infarto en las diferentes provincias y comunidades es muy positiva porque se relaciona de forma clara con la obtención de resultados en salud como es la reducción de la mortalidad por infarto en la fase aguda entre un 30 y un 40 por ciento”. Así lo ha asegurado el Dr. Rafael Hidalgo, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen Macarena y director del encuentro científico “Compartiendo Experiencias en Código Infarto”, quien ha mostrado su satisfacción por la implantación del Código Infarto en las distintas comunidades autónomas.

La reunión, organizada por AstraZeneca en Madrid, se ha celebrado con el objetivo de compartir experiencias en Código Infarto realizando un abordaje multidisciplinar entre profesionales de la cardiología, intensivistas y médicos de Urgencias y Emergencias para conocer la situación actual de los diferentes Códigos del país, los hitos superados y los retos pendientes en la materia.

Asimismo, se ha dado a conocer la importancia de los registros de infarto en la práctica clínica, como el Registro CREA, “una cuestión cada vez más trascendente puesto que los registros completan la información y la evidencia de los ensayos clínicos, y se han expuesto experiencias como la implementación de un plan formativo a los servicios de emergencias desde la Hemodinámica, así como proyectos en Código IAM, tales como el proyecto Busca (Burgos Síndrome Coronario Agudo)”, aclara el Dr. Hidalgo.

Además, durante el encuentro también se han intercambiado experiencias en la cadena de atención al infarto entre todos los profesionales implicados en esta área, y compartido conocimiento para la mejor atención asistencial de los pacientes con Síndrome Coronario Agudo con elevación transitoria del segmento ST (SCACEST).

Áreas de mejora de la calidad asistencial

Aunque nuestro país dispone de un sistema sanitario universal y con amplias garantías, aún se detectan áreas de mejora en lo que se refiere a la calidad asistencial de los pacientes con SCACEST. En palabras del Dr. Rafael Hidalgo, “debemos seguir invirtiendo en redes de transporte que aseguren traslados rápidos a los centros con hemodinámica”.

 

Por su parte, el experto hace hincapié en la importancia de hacer un análisis de resultados periódicos entre todos los eslabones de la cadena para continuar mejorando estos programas de salud. “La construcción de sistemas informáticos simples, pero con las variables necesarias para poder medir, es un deber irrenunciable de los sistemas de salud”, concluye.

Para el Dr. Fernando Rosell, médico de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) en Almería y Coordinador de los Procesos Cardiológicos de EPES en Andalucía, “uno de cada dos pacientes no usa los servicios de emergencia. Un motivo por el cual es fundamental concienciar a la sociedad de que ante los síntomas de un posible infarto, se debe contactar con el Servicio de Emergencia para tratar de mejorar el pronóstico del paciente y facilitar el mejor tratamiento posible”.

El doctor ha explicado que el proceso de aviso a dichos Servicios de Emergencias (SEM) es muy sencillo: “solo con una llamada al teléfono 061/112, -depende de la comunidad autónoma donde resida el paciente-, se puede dar el aviso y en una media de 8-10 minutos una UVI móvil estará presente en el domicilio del paciente”. 

De hecho, para el Dr. Fernando Rosell, la etapa pre-hospitalaria es clave para los pacientes  y uno de los  principales desafíos para los Servicios de Emergencias: “la atención prehospitalaria permite tratar las complicaciones iniciales y facilita la llegada del paciente al hospital en las mejores condiciones posibles. Incrementar el número de pacientes que contactan con los SEM es un reto difícil al que, sin embargo, no debemos renunciar”.

También existen otros retos en la calidad asistencial de estos pacientes. “Es muy importante analizar el conjunto, todo el proceso de asistencia, y entender la importancia de compartir datos con rigor y, una vez que los tengamos, entrar a debatirlos. Para ello, hace falta diálogo, consenso, estructuración de la redes y un sistema de información que nos permita conocer los resultados y analizar las dificultades”, según el Dr. Rosell. 

 

Retos y abordaje de la enfermedad

En cuanto a los retos pendientes, tal y como resume el Dr. Hidalgo, “para que estos programas sean sostenibles, es necesario adoptar medidas claras y homogéneas de incentivación económica y de estructura de personal; hay que seguir profundizando en la adopción de protocolos homogéneos de forma que haya menos variabilidad en los distintos eslabones de la cadena asistencial; y, por último, es necesario medir nuestros resultados y adoptar las medidas necesarias para entrar en un ciclo de mejora continua”.

 

 

De acuerdo a los hitos a destacar desde el inicio del programa Código Infarto en las comunidades autónomas donde se ha implantado, el Dr. Rafael Hidalgo destaca que “el principal es la adopción de protocolos globales que aseguran una atención equitativa a los pacientes asegurando una atención de calidad que redunda en una mejora de la supervivencia y de la calidad de vida posterior, con repercusiones socioeconómicas importantes”.

En referencia al tratamiento, los expertos subrayan las ventajas de las nuevas estrategias de antiagregación. “Cada vez es mayor el número de pacientes en los que se usan los antiagregantes, más potentes y seguros y su aparición en el arsenal terapéutico ha supuesto una mejor y más cuidadosa valoración del riesgo trombótico y hemorrágico de los pacientes”, concluye el doctor.

 

 

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