Ángela Cremonte: “Parte de la sociedad todavía convierte a las víctimas de violencia sexual en verdugos”

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Este domingo, Atresplayer Premium estrena el primer capítulo de Mentiras, la ficción que narra la historia de Laura Munar (Ángela Cremonte), una profesora de literatura que queda una noche a cenar con Xavier Vera (Javier Rey), reputado cirujano y padre de uno de sus alumnos. A la mañana siguiente, Laura amanece sola en su cama con náuseas y un gran vacío en su memoria, por lo que pronto comienza a sospechar que Xavier la ha drogado y violado.

La encargada de dar vida a Laura es Ángela Cremonte, que reconoce que se estudió a fondo la serie original para prepararse su personaje: “Me pegué a las pupilas de Joanne Froggatt, la protagonista de Liar, que hizo un trabajo fantástico. Me la vi mil veces y me apunté mucho el raccord emocional, lo que le pasaba emocionalmente en cada secuencia para tenerlo muy claro”. “Los guiones me llegaron con mucho tiempo, así que tuve tiempo para estudiármelos, reflexionar, hablar con terapeutas, leer qué le sucede a una víctima de violencia sexual. No he hablado con ninguna directamente pero bueno, tenemos una vida y una trayectoria y conocemos a personas a la que le hayan podido pasar cosas parecidas”, añade.

Con respecto a la principal dificultad que ha tenido que afrontar a la hora de abordar este reto interpretativo, Ángela indica que “lo que le sucede a esta señora es algo muy fuerte y emocionalmente te rompe por sitios que son muy delicados. Había que transmitirlo con naturalidad, sencillez y verdad, buscábamos siempre que el texto no sonara a guion, sino que parecieran nuestras propias palabras que salían del corazón”.

Cuestionada acerca de si teme que la serie genere cierta controversia teniendo en cuenta el tema que trata, la intérprete asegura que la controversia es un elemento que va unido al arte de manera intrínseca: “Estando el patio como está, creo que los miedos tienen que ir por otro lado. La controversia es sana; de hecho, si no hay controversia en el arte, apaga y vámonos. Si no se genera cierto debate, no aprendemos ni crecemos como sociedad y creo que hace falta mucha comunicación ahora mismo”.

Cremonte tampoco regatea a la hora de hablar si en España todavía sigue desdeñándose el testimonio de quien ha sufrido una vivencia de este tipo: “Creo que una parte de la sociedad todavía cuestiona durante un rato a las víctimas y las convierte en verdugo, así que tienen que llevar la doble carga de su herida y la herida que les vuelve a hacer la sociedad cuando las cuestiona una y otra vez. Se las obliga a pasar por el trauma de revivirlo muchas veces porque tienen que contar lo que les ha sucedido muchas veces para que la justicia las crea”.

Además, recalca que la educación es la herramienta más valiosa para avanzar en este campo. “Hace falta mucha educación emocional para que se deje de estigmatizar a las víctimas de violencia sexual y que a una parte de la sociedad le madure el corazón y sea capaz de ponerse en la piel del otro. El problema es que, a veces, parte de la sociedad no considera que lo que le ha pasado a una víctima es motivo de castigo por parte del Código Penal; ahí el árbol ya crece torcido”, comenta.

Recuerda su mentira más surrealista: “Me pegué chicle por todo el pelo”

Más allá del inminente estreno de Mentiras, la actriz muestra su preocupación por la complicada situación que atraviesa el sector audiovisual por culpa del coronavirus. “No solo somos los actores que hacemos series y tenemos muchos seguidores en Instagram, hay mucha gente que se dedica al mundo del espectáculo y de la cultura que tiene una vida mucho más precaria”, apunta, acordándose de los miles de técnicos, atrezzistas, maquilladores o tramoyistas a los que esta crisis ha dejado en fuera de juego. Pese al oscuro panorama que se presenta, Cremonte no pierde el ánimo y augura que “en unos meses vamos a estar todos mejor, que la vacuna llegará en algún momento y que las aguas van a ir encontrando su cauce”.

En lo que si muestra más dudas es en cómo serán los rodajes una vez se levante el estado de alarma. “Yo no sé cuando vamos a volver a rodar. Los actores interpretamos la vida y en la vida hay besos, abrazos y contacto físico. O llega la vacuna o nos inventamos ficciones que hablen del coronavirus y entonces nadie se toque o no sé cómo lo vamos a hacer. Nos estaremos haciendo todos test para ir a trabajar… Es complicado. A nivel práctico, no sé cómo lo vamos a hacer”, reconoce.

Para terminar, la madrileña desvela cuál es la mentira más surrealista que ha contado: “Cuando era pequeña siempre llevaba el pelo muy largo porque a mi madre le encantaba que mi hermana y yo llevasemos el pelo por la cintura. Yo ya estaba harta y no sabía cómo decirle a mi madre que quería cortarme el pelo porque sabía que a ella le hacía mucha ilusión que lo tuviera largo, así que me compré un chicle pringosísimo y me lo pegué por todo el pelo y el cuero cabelludo. Le conté a mi madre que había sido sin querer y al final me lo tuvo que cortar un montón porque me había hecho un estropicio importante”.

Seguiremos Informando…

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