El pulmón es uno de los órganos más afectados por la COVID-19 y puede ver mermada su función. Los fisioterapeutas recomiendan practicar una serie de ejercicios respiratorios que aumentan la fuerza y la resistencia, disminuyen la dificultad en la respiración e incrementan la flexibilidad y la movilidad torácica.
Realizar dos veces al día estos ejercicios respiratorios
Respiración con labios fruncidos. Inspiración por la nariz, aguantando el aire dos o tres segundos y espirando lentamente por la boca con los labios fruncidos, como al soplar. El tiempo de espiración debe ser mayor al de la inspiración.
Respiración abdominal o diafragmática. En posición tumbada bocarriba, con las piernas ligeramente flexionadas y los pies apoyados en el suelo, se colocan las manos en el abdomen, se toma aire por la nariz llenando al máximo los pulmones, se mantiene dos o tres segundos y se expulsa lentamente por la boca con los labios fruncidos. Realizar diez o quince repeticiones dos veces al día.
Respiración costal. Este ejercicio de expansión torácica se realiza en posición tumbada bocarriba. Con las piernas estiradas o en posición sentada, se colocan las manos en el pecho, se inhala suavemente dirigiendo el aire hacia las manos y se mantiene dos o tres segundos. Expulsar presionando ligeramente las costillas para ayudar a vaciar el aire. Realizar 10 o 15 repeticiones dos veces al día.
Para facilitar la expulsión de secreciones. Realizar una espiración lenta con la boca abierta en posición tumbada de lado, con las piernas flexionadas y una almohada entre las rodillas o también en posición sentada. Durante cinco minutos se inhala el aire por la nariz y se retiene durante dos o tres segundos, expulsándolo lentamente con la boca abierta (como si se quisiera empañar un cristal) hasta vaciar del todo los pulmones. Repetir en posición acostada sobre el otro lado y realizar dos veces al día. Si aparece tos, en posición sentada, inspirar profundamente y toser sobre un pañuelo desechable.
Espiración con presión positiva. Utilizar una botella y un tubo de plástico de unos 40 centímetros de largo. Llenar la botella con agua hasta la mitad, introducir el tubo a tres centímetros del fondo. Inspirar por la nariz, retener el aire uno o dos segundos y expulsarlo soplando a través del tubo generando burbujas en el agua durante cinco o diez minutos. Repetir dos veces al día.
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