Juanma y Miki. Miki y Juanma. Muy pocos –prácticamente nadie– apostaba por ellos al inicio de MasterChef Celebrity 6. De hecho, estuvieron a punto de marcharse en más de una ocasión. No obstante, su esfuerzo y su entereza acabaron decantando la balanza de los jueces hacia su lado. Por primera vez en la historia, el talent culinario tuvo un doble ganador.
Castaño y Nadal realizaron una prueba final casi perfecta, cocinando de forma correcta y eficaz sus respectivos menús. A los jueces no les dejaron otra opción. Ambos merecían ser los ganadores de la sexta edición de MasterChef Celebrity. A pesar de que venían de una relación un tanto compleja, con el paso del tiempo se han convertido en uña y carne.
¿Cuál era vuestro nivel culinario al inicio del programa?
J: Nivel de supervivencia. Es decir, el nivel que tiene una persona para vivir sola, como era mi caso, y estar comiendo más o menos variado. Pero vamos, tirando mucho de la comida que no lleva mucha elaboración. ¿Qué pasó? Que vino la pandemia, y con la pandemia sí que coges un poco más de afición a ver recetas en redes sociales y en YouTube. Me aficioné un poco, pero solo un poco.
M: Éramos cocineros de YouTube. No como las madres o los cocineros profesionales, que tienen las recetas en la cabeza, si no de saber manejarte, pero nada más. De 0 a 10 creo que estábamos todos los aspirantes en un nivel entre el 0,5 y 2. Ahora podemos estar en el 4 (ríe).
¿Cómo vivisteis ese momento en el que Pepe Rodríguez anuncia que ambos sois los ganadores?
M: Yo soy más rápido de reflejos. En cuánto Pepe dijo ¡Juanma!, yo me retiré porque lo estaba esperando. Me separé un poquito para dar un aplauso, pero entonces dice ¡Miki!, y ya abro el brazo otra vez y le doy un abrazo a Juanma, que también estaba preparado. Nos llevamos la alegría de todo el concurso, que es compartir este premio.
J: Al principio, como estás viviendo ese carrusel de emociones tan intenso, lo oyes y dices ostras ¿qué están haciendo? ¿qué pasa? Luego ves los fuegos artificiales atrás, a Bustamante subido en la cocina, a Yotuel con los brazos abiertos… Entonces abracé a Miki y sentí una alegría tremenda. Creo que ninguno de los dos merecía salir derrotado de esa final. A lo mejor no nos merecíamos ganar ninguno de los dos, pero perder tampoco.
M: Habían jugado con nuestros sentimientos en alguna ocasión. En la semifinal ya estábamos los dos en el duelo. Han jugado mucho con nosotros y por eso el veredicto, hasta que no lo dejan claro… Tenemos dos trofeos y dos chaquetillas, cada una de su talla.
¿Qué es lo peor y lo mejor que os lleváis de ‘MasterChef Celebrity’?
J: No destaco nada malo. Tengo el recuerdo de que fue una etapa de mucho cansancio para mí. Fueron tres meses muy intensos de rodaje, de combinarlo con la radio y todo eso. Pero al margen de eso, me voy de MasterChef con la sensación de no haber discutido con nadie, no haber tenido ningún pollo con ningún compañero. Salgo muy contento. No tengo ni un pero que ponerle al programa.
M: Es un tópico, pero que se acabe el programa es lo peor. Además de estar disfrutando y aprendiendo, recibes mucho cariño de la gente. Mucho apoyo. Todos los espectadores tienen sus favoritos. Pero hay muchas personas que están detrás de ti apoyándote. De Juanma yo lo he visto montones de veces, cosa que yo no me esperaba. “Juanma eres un campeón, eres el mejor”. Ese apoyo, ese calor y ese cariño, pues cuando pasan dos meses se va diluyendo. Es una pena que se acabe porque la verdad es que se está a gustito con el calor de la gente.
¿Os veis juntos para otros proyectos? Quizá abriendo un restaurante juntos…
M: No, podemos cerrar algún bar (ríen ambos).
J: En eso tenemos mucha experiencia, “cierrabares” y eso, lo que quieras. Abrir restaurantes no, todo lo contrario. Hemos aprendido a respetar la profesión. Jamás le haríamos ese daño a la hostelería. La hostelería ha soportado una pandemia, no tiene por qué soportarnos a nosotros ahora.
M: Tenemos un proyecto en común, que eso sí lo hemos hablado. Tenemos un fin de semana en el Basque Culinary Center, lo vamos a disfrutar. Profesionalmente, él está en la radio, yo estoy en televisión… Bueno, siempre hay tiempo para un poquito más, pero no sabemos lo que pasará de aquí en adelante.
¿Vuestro paso por el programa ha sido la situación más top de estrés al que habéis estado sometidos?
J: Yo con diferencia. En mi carrera profesional he hecho, como muchos de vuestros compañeros, Eurocopas, Mundiales, JJOO… He cubierto todo tipo de eventos deportivos y en lugares donde el huso horario nos perjudicaba mucho para cubrirlo en directo. Pero nada que ver con el cansancio que tuve en MasterChef. Creo que me sacaron de la zona de confort.
Te levantabas por la mañana a las 09:00, llegabas allí y veías a Bustamante haciendo flexiones, la otra cantando flamenco, este (Miki) contando chistes… Y yo decía son las nueve de la mañana, cuando esto acabe serán las 7, y luego tengo que irme a la radio a hacer el programa. Y te acuestas a la 1:30 de la mañana, y a las 09:00, otra vez a grabar. Así tres meses. Fue agotador.
M: Cuando estamos en nuestra profesión tienes cosas que resolver, pero estás en tu medio habitual. Pero claro, estar haciendo algo totalmente nuevo como es cocinar, y más cocina de mucha altura y mucha técnica… Estás que no sabes si lo vas a poder hacer porque muchas cosas es la primera vez que las haces. Te sientes un poco perdido, pero bueno, al final van saliendo las cositas con un poquito de tesón. Unos hemos tenido más suerte que otros, hemos llegado nosotros y lo hemos disfrutado.
¿Qué ha sido más duro: la presión del tiempo, la del jurado o tener a Verónica Forqué en los exteriores?
M: A mí lo de Verónica me daba la vida. A partir del segundo exterior, yo ya descubrí a Verónica y cómo iba a ser durante todo el programa. Yo la he disfrutado, estaba esperando que me tocase en su equipo. Y si no me tocaba, estaba vigilando a ver lo que hacía en el equipo contrario porque me lo pasaba muy bien. Era una aventura. Me lo he pasado muy bien. Luego lo de cocinar con prisas no lo llevas muy bien porque dices oye, yo sé hacer más cosas que esto, pero es que hacéis unas pruebas que no puedo hacer nada. Pero bueno, al final el jurado es justo porque sabe. Son tres cocineros de élite.
J: Se puede sacar una secuela de MasterChef que podría ser lo que no se ha visto de los cocinados exteriores, por ejemplo. Son muchas horas y estoy convencido de que ahí hay un material… Los compañeros de edición tienen que tener en sus casas material muy preciado. Es como estas cosechas de vino de las que se guardan botellas. Ellos deben tener cosas en sus ordenadores que serán “gran reserva”. Verónica es una tía fantástica. De verdad os lo digo. Se pone tensa cocinando en exteriores y tal, pero es cariñosísima, buena compañera, encantadora…
M: Nos centramos mucho en Verónica, pero el resto también ha sido divertido. Cuidado con Navarrete o con Bustamante. Todos tienen su punto, y eso se notaba en los autobuses. Era una auténtica excursión de colegio. Los malotes detrás, Navarrete cantando de pie… Haces piña porque estabas viviendo una situación común. Es como la “mili”, solo nos faltaba llamarnos por la ciudad de la que venía cada uno. Lo hemos pasado muy bien y si podemos reencontrarnos lo haremos. Yo estoy deseando ir a ver a Carmina a Sevilla. Tiene que ser una delicia tomarte un vermutito con ella.
¿Quién creíais que iba a ser el ganador al principio del programa?
M: Yo lo tenía claro: Belén y Bustamante. No nos equivocamos, se equivocaron ellos (ríe).
¿Qué aprendizaje os lleváis de ‘MasterChef’?
J: En mi caso, la cura de humildad que supone tener que escuchar un veredicto negativo, duro, de los jueces y tener que decir “sí, chef”. No plantar cara, no discutirle a una persona que sabe más que tú que un plató está bien o mal hecho. Somos personas mínimamente reconocidas en nuestro trabajo. Vas allí y te dicen, “¿tú quién eres, el que hace el programa por la noche? Ya verás. Esto que has hecho es una mierda”.
M: Para mí los prejuicios. Ir con prejuicios sobre la gente, pensar que son de una manera y que te descoloquen a los cinco minutos. En nuestro caso nos ha pasado. Juanma y yo veníamos de una relación contrario o chocante.
J: Yo un día iba con Victoria Abril en el autobús y le iba contando que tenía que ir a por los niños al colegio. Luego lo pensaba y decía le estoy contando a Victoria Abril que tengo que ir a por los niños al colegio. A una gloria del cine europeo. Al final, eso mola. Tratas con normalidad a gente a la que has visto y has admirado durante muchos años.
M: Tenemos una imagen de las personas que luego no se corresponden. No porque sean mejores o peores, sino porque son distintas.
¿Quién os ha sorprendido más?
M: A mí Juanma. Creo que a priori era el que más fuera de tiesto estaba. Todos nos dedicábamos al mundo del espectáculo de una u otra manera y Juanma era “periodismo deportivo”. Era un poquito el Perico Delgado de esta edición. Pero vamos, ha dado clases de humor a mí y a los que nos dedicamos al humor, de entretenimiento a los que se dedican al entretenimiento, y de actuación porque ha sido muy falso a veces (ríen ambos).
J: Yo era un pez fuera del agua al principio. Pensaba ¿quién habrá fallado para que me llamen a mí? En qué situación se habrá tenido que ver esta gente para llamar a un periodista deportivo. No daba el perfil, y en los primeros programa se nota que estoy desubicado, que no cojo el ritmo. Luego lo fui haciendo, sobre todo con ayuda de Miki, y me sentí muy bien. A partir del cuarto o quinto programa yo disfruté muchísimo.
Juanma, la semana que viene se darán a conocer los resultados de la tercera ola del Estudio General de Medios (EGM) ¿Qué expectativas tienes?
Solo espero que no haya empate como en MasterChef. El año está siendo increíble, y si el día 9 de diciembre conseguimos ganar será la primera vez en la historia de COPE que durante un año entero esté por delante de la SER en una franja tan importante como es la media noche. Hay que remontarse a García, hace muchos años.
¿Crees que este programa puede cambiar la imagen que tiene la gente de ti como periodista deportivo?
No, el próximo día que haga un programa de radio, y diga algo del Madrid o del Barca… Si digo que ha sido penalti y el tío dice que no es penalti, me va a llamar de todo. No va a decir, bueno vale, pero déjale que ganó MasterChef y fue muy majo. Trabajamos con ese material, que es un material inflamable. Mucha gente no se da cuenta de lo que maneja el fútbol a nivel emocional. Tiene su lado bueno y su lado malo, y yo vivo con eso. Vivo tranquilo.
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