LA PANDEMIA Y ALGUNOS DE SUS EFECTOS 

La miopía podría afectar a la mitad de la población mundial en el año 2050

LA COMBINACIÓN DE LA PANDEMIA Y EL USO CONTINUO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL DÍA A DÍA HA DISPARADO LOS PROBLEMAS VISUALES COMO LA MIOPÍA O  LA FATIGA OCULAR

Los confinamientos derivados de la pandemia así como el uso cada vez más frecuente de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria constituyen unos factores que están afectando de lleno a uno de nuestros sentidos más valiosos, la vista.

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Según el doctor Julio Maset, médico de Cinfa “Con la pandemia, pasamos menos tiempo al aire libre y más horas frente a las pantallas. Nuestros ojos están preparados para adaptarse a nuevas necesidades visuales, pero las condiciones de visualización a las que estamos sometiéndolos no están resultando inocuas para su salud”.

Además de la aparición en los últimos años de problemas como la denominada fatiga visual digital, otros trastornos más clásicos, como la miopía, no dejan de aumentar. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha alertado de que la mitad de la población mundial puede llegar a ser miope en el año 2050.

Para aquellos que no sufran este tipo de problema en la visión o no conozcan qué es, el experto de Cinfa aclara que, “La miopía se debe a un defecto de enfoque por el que las imágenes de los objetos lejanos no se forman en la retina sino por delante de ésta. En consecuencia, existe visión borrosa de lo lejano aunque de cerca se sigue viendo con claridad”.

La frecuencia de este problema está aumentando a un ritmo acelerado, sobre todo entre niños y adolescentes, que son quienes más han integrado las nuevas tecnologías en sus actividades del día a día y, a su vez, quienes más han visto mermado su tiempo en el exterior y de exposición a la luz del sol.

Más tiempo en sus casas

“Los más pequeños se ponen diariamente frente a la pantalla, tanto para una rutina académica como para relacionarse con sus amigos, entretenerse en las redes sociales, ver vídeos o jugar -resume el doctor Maset-. Así, la vista se fuerza de una forma excesiva y prolongada a una distancia demasiado próxima de un objeto que, para colmo, emite luz y no presenta el mismo grado de contraste que la imagen sobre papel.

Estar al aire libre, en cambio, conlleva una forma de mirar más natural a objetos más lejanos, con la consiguiente relajación del ojo. Por eso, “el sobresfuerzo ocular  de los niños y jóvenes se ha agravado en los dos últimos años, debido a la pandemia y los confinamientos, que los han mantenido más tiempo en casa”.

En la población adulta también se ha producido un aumento de síntomas visuales, como visión borrosa, sequedad ocular o fatiga ocular, relacionados con el uso prolongado de las pantallas. “La generalización del teletrabajo, en condiciones no siempre ideales, el recurso cada vez más frecuente a las videoconferencias y videollamadas en el ámbito laboral y personal respectivamente, así como el aumento del tiempo que los adultos dedicamos a las pantallas para entretenernos o informarnos están pasando factura a nuestra vista”, explica el experto de Cinfa.

Por este motivo, es necesario que tanto los niños y jóvenes, como los adultos pongan más esfuerzos en esta época para cuidar su visión. Como añade el doctor Maset, “cada vez hay más evidencias de que la práctica de actividades al aire libre durante la infancia reduce la incidencia de la miopía”. Además, destaca que, “es muy importante controlar el tiempo que nuestros hijos e hijas dedican a las pantallas, así como asegurarnos de que realizan las debidas pausas para descansar la vista. Y, en casa, es primordial que el puesto de trabajo o de estudio reúna las características adecuadas de iluminación, humedad y ergonomía visual para ahorrar a nuestros ojos esfuerzos innecesarios”.

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