DÍA MUNDIAL DEL LINFOMA

Dr. Jaime Pérez de Oteyza: “El linfoma es el cáncer más frecuente dentro de los tumores hematológicos”

SOBRE EL LINFOMA: “SON TUMORES QUE TIENEN DIVERSOS TRATAMIENTOS Y ADEMÁS, MUY EFICACES”

Hablamos del Linfoma con el Dr. Jaime Pérez de Oteyza, jefe de Servicio de Hematología y Oncohematología de HM Hospitales en Madrid y especialista del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC Madrid

 

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Este jueves, 15 de septiembre, con motivo del Día Mundial del Linfoma, prnoticias.com ha tenido el placer de hablar con El Dr. Jaime Pérez de Oteyza, jefe de Servicio de Hematología y Oncohematología de HM Hospitales Madrid y especialista del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC Madrid para conocer más sobre este peculiar tipo de cáncer.

Estamos ante un tipo de cáncer que sigue siendo un gran desconocido para muchas personas. Por eso, tal vez la primera pregunta debería ser, ¿qué son los linfomas?

La definición más llana y fácil que podríamos hacer es, que el linfoma es un cáncer linfático. Es decir, un tipo de tumor que nace en el sistema linfático, el cual está constituido por los ganglios linfáticos que se encuentran diseminados por todo el organismo y conectados entre sí por una red de canales que son, a su vez, los vasos linfáticos.

Actualmente, ¿qué incidencia tiene este tipo de cáncer en la población?

En la población en general, la incidencia del conjunto de linfomas es aproximadamente de unos 3 a 5 casos por 10.000 habitantes al año, o un poquito más según las zonas. Y esto le convierte en el grupo de cánceres más frecuentes dentro de los tumores hematología.

Y, ¿de qué porcentaje de mortalidad estaríamos hablando?

En líneas generales, el 80% se curan definitivamente para siempre. Pero, al existir varios tipos, es cierto, que la expectativa de supervivencia es mucho más heterogénea.

Otra de las dudas surge cuando hablamos de tipos de linfomas, por ejemplo, los linfomas Hodgkin o no Hodgkin. ¿Cuáles son sus diferencias?

Efectivamente, los linfomas se dividen a grandes rasgos en dos grandes grupos: linfomas de Hodgkin y linfomas de no Hodgkin, en honor a quien los describió por primera vez, Tomas Hodgkin

En primer lugar, los linfomas de Hodgkin se diferencian porque la célula tumoral tiene, además de un nombre peculiar, unas características peculiares. Además, dentro del linfoma de Hodgkin, existen un número concreto de tipos, cuatro para ser más exactos, los cuales tienen unas características clínicas y biológicas peculiares.

Y, en segundo lugar, encontramos los linfomas no Hodgkin, de los que a su vez, existen actualmente unos 60 tipos diferentes.

Al haber varios tipos, ¿Radica en ello la complicación en el diagnóstico e incluso  la elección del tratamiento?

Sí, así es. Los linfomas de Hodgkin tienen un tratamiento específico, concreto, muy eficaz y que, hoy en día, consigue curar a la mayoría de los pacientes. Y, los linfomas no Hodgkin tienen otros tratamientos diferentes que dependen del tipo concreto de linfoma detectado. En estos casos, lo más habitual, es que al haber tanta diversidad de subtipos de linfoma, el diagnóstico a veces sea más difícil. Puede ser relativamente sencillo poner el nombre principal del tipo de linfoma, pero ya los apellidos se complican. Por ello, lo más importante y complicado, a la vez, es la realización de un diagnóstico exacto.

Habitualmente, además de un ben diagnóstico, la detección temprana en enfermedades como el cáncer, es muy importante para su posterior tratamiento, ¿cúales serían los síntomas asociados al linfoma que nos podrían hacer ver que algo va mal?

Pues estos pueden ser muy variables. En ocasiones, puede no haber síntomas, simplemente la aparición de bultos. Pero, otras veces se pueden experimentar una sintomatología característica de este tipo de cáncer, pero no específica. A estos síntomas característicos les llamamos síntomas B y suelen ser: fiebre de baja intensidad o fiebre alta; sudoración profusa, es decir que el paciente suda, pero suda por la noche de empapar el pijama y tener que cambiarse; y la pérdida de peso sin motivo aparente, pérdida de más de un 10% del peso.

Sin embargo, al ser un cáncer que se puede dar en cualquier parte del cuerpo, hay que recordar que pueden existir también síntomas derivados de si hay algún determinado órgano afectado por las células tumorales.

Y, dentro de los diferentes tratamientos que se han mencionado y que existen para este tipo de cáncer, ¿cuál seria el procedimiento general a seguir tras su diagnóstico?

Vamos a ver, en general, la mayoría de los linfomas se tratan con una combinación de quimioterapia e inmunoterapia. La Quimioterapia, por su parte, son medicamentos, digamos tradicionales, basados en productos químicos sintetizados en el laboratorio. Mientras que la inmunoterapia, son productos biológicos que, no obstante, también se generan en el laboratorio, pero a partir de células que son conocidas como anticuerpos monoclonales los cuales, a su vez, pueden id mezclados con otros componentes. Para entender mejor la diferencia, los anticuerpos monoclonales van dirigidos específicamente a la célula tumoral y no a las células blancas. Y, en cambio, la quimioterapia, tiene un efecto general sobre todas las células del organismo, siendo más agresiva.

Por tanto, se puede afirmar que los tratamientos actuales para la mayoría de linfomas, combinan la quimioterapia y inmunoterapia y se administran en forma de ciclos que se pueden inyectar tanto por vía intravenosa como por vía subcutánea. La mayoría de tratamientos duran aproximadamente 6 meses.

A día de hoy, ¿existen nuevas líneas de investigación enfocadas al tratamiento de este tipo de enfermedad?

Si, por suerte, hoy en día tenemos nuevos tratamientos enfocados en la inmunoterapia y en las terapias dirigidas a moléculas específicas, es decir, terapias de diseño, que están evolucionando rápidamente y que ya están incluso comercializándose. Lo que supone que cada vez existan más combinaciones para tratar linfomas sin quimioterapia.

Además, dentro de las inmunoterapias desarrolladas, tenemos un nuevo tipo importante que son aquellas capaces de fomentar la actividad del propio sistema inmunitario para que las propias células inmunológicas de nuestro organismo destruyan al tumor.

Y, por último, hay que mencionar también las células modificadas genéticamente que se conocen como células Car-T. Es decir, células a las que se ha introducido una modificación genética. Una técnica en la que al paciente con linfoma se le extraen las células linfoides de la sangre, con un método que llamamos aféresis, y a esos linfocitos se les hace una modificación genética para que reconozcan a la célula tumoral, se peguen a ella y la destruyan. Y si también es una forma de inmunoterapia, porque estamos utilizando el sistema inmune para destruir el tumor.

Para concluir, el Dr, Pérez de Oteyza ha querido transmitir un mensaje de esperanza y de fuerza a los pacientes que padecen este tipo de enfermedad afirmando que, “los linfomas son tumores que tienen tratamiento y que tienen tratamientos muy eficaces, ya que cada día o cada año tenemos moléculas nuevas y métodos nuevos para tratar este tipo de tumor. Además, esto se traduce en que cada año contamos con métodos de diagnóstico más finos que nos permiten detectar el tumor cuando hay poca carga tumoral”.

Seguiremos informando…

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