INVESTIGACIÓN

Una de cada cuatro personas convive con una persona con enfermedad mental

Y DOS DE CADA 3 RECHAZARÍA VIVIR CON ESTE TIPO DE PERSONAS 

Así lo ha asegurado una investigación realizada por la Cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma, que ha cuantificado por primera vez en España el estigma social en la población

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La investigación, realizada por la Cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma y presentada este jueves se trata de un estudio innovador, ya que ha analizado y cuantificado por primera vez en España el estigma social en la población hacia las personas con trastornos mentales, en situación de sinhogarismo y con discapacidad intelectual.

Y es que, “El estigma social provoca aislamiento y soledad en las personas con
enfermedades mentales, personas sin hogar o con discapacidad intelectual” así lo ha recogido el informe en el que han participado un total de 3.000 personas.

La mitad de los españoles no vivirían con una persona con problemas de salud mental

Ahora bien, entre los resultados obtenidos los autores han destacado que casi la mitad de la población española reconoce no tener intención de entablar relaciones personales con las personas que pasan o han pasado por un problema de salud mental y dos de cada tres prefieren no convivir con ellas,

En concreto, un 65 % de las personas entrevistadas rechaza vivir con una persona con trastorno mental, un 44,4 % muestra una intención media-baja de acercamiento a esas personas y un 40 % no le gustaría que sus hijos se relacionasen con ellas.

Además, uno de cada tres encuestados admite que no mantendría una amistad con una persona con trastorno mental, aunque el 55,6 % sí estaría dispuesta a tener un contacto más cercano con estas personas.

Los investigadores, resaltan el uso de la terminología empleada para referirse a ellos (“locos, zumbados o enfermos”) y señalan como esto confirma las tendencias estigmatizantes presentes en la población española.

Un 47,5 % de la población no quiere relacionarse con personas sin hogar 

Estigmas que también recaen en las personas sin hogar. Concretamente, un 47,5 % de la población no quiere relacionarse con ellas y dos de cada tres ciudadanos prefiere no convivir con estas personas. Algunas de las atribuciones que estigmatizan a este colectivo son: la pena (60 %), la necesidad de ayuda (56,5 %) y la coacción (34,45 %).

Según las conclusiones del estudio respecto a estas personas, alrededor de un 16 % de los ciudadanos afirman que las personas sin hogar se aprovechan del sistema, un 26,5 % que tienen valores muy distintos a los suyos, en torno a un 23 % que infectan los espacios públicos y un 17 % cree que han cometido delitos y que son personas vagas.

Y, para el 18 % de la muestra estos individuos nunca llegan a recuperarse; un 63,3 % considera que están invisibilizadas; un 50,6 % que han fracasado en su vida, y un 68,1 % las sienten excluidas de la sociedad.

Estigma hacia las personas con discapacidad intelectual

Y, por último, el estudio menciona el estigma que existe hacia las personas con discapacidad intelectual, la investigación evidencia que un tercio de la población admite que no tiene intención de mantener relaciones personales con ellas, casi la mitad preferiría no convivir y un 34,6 % rechaza que un hijo se relacione con alguien con estas características.

Un ámbito en el que los investigadores vuelven a alertar del uso de terminología despectiva para referirse a estas personas como por ejemplo: “deficientes, retrasados o disminuidos”. Todos ellos términos que demuestran la presencia de un gran estigma hacia esta población.

De hecho, más del 90 % de los encuestados muestran niveles altos de estigma y el 82 % considera que el tener esta condición no suele tener aspectos positivos, lo que, en este caso, contrasta con que un porcentaje superior al 80 % que si que tiene actitudes inclusivas medias-altas y casi la totalidad que tiene expectativas positivas hacia ellos.

En el caso de la mujer con un problema de salud mental parece ser vista como más necesitada de ayuda, del mismo modo que se es más autoritario hacia ellas. Mientras que, en el caso de los hombres con un problema de salud mental, parecen ser vistos como más peligrosos, generando así más miedo y culpa
hacia ellos.

Seguiremos informando…

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