Lo que hasta hace poco era un talent de cocina que gozaba de gran popularidad entre los espectadores, ahora es un programa donde se premia la excentricidad por encima del talento. MasterChef ya no es lo que ahora. Las polémicas que han rodeado al espacio sumadas a las denuncias de ex concursantes –cada vez más frecuentes– están acabando con su esencia, como hemos contado recientemente en PRNoticias.
Una circunstancia que coincide con la caída –sostenida y paulatina– de audiencia. Que TVE decidiera doblar su emisión está jugando en contra de los intereses del programa. Si comparamos los datos de esta temporada con los de la anterior, observamos cómo MasterChef ha perdido más de 300.000 espectadores de media. El programa promedia actualmente una cuota del 12,8% frente al 14,6% del curso pasado.
Los números evidencian un notable desgaste del que son muy conscientes en TVE y en la propia dirección del programa. De ahí que hayan intentando hacer del espectáculo un reclamo para la audiencia en los últimos años. El último ejemplo lo tenemos en Luca, al que muchos han calificado como “el concursante más polémico de la historia del concurso”.
Nada más y nada menos que 22 programas ha permanecido Luca en MasterChef pese a no saber cocinar. Enrocado en constantes polémicas y discusiones, Luca aportaba muy poco o prácticamente nada en los fogones. A cambio ofrecía una cuota de excentricidad de la que MasterChef no ha sabido o no ha querido desprenderse hasta la recta final de la temporada.
Polémica tras polémica
Los once años de MasterChef en televisión han dado para mucho. De sus cocinas han salido cocineros que hoy ocupan un escalafón muy alto en nuestro universo gastronómico, como ocurrió con Carlos Maldonado. Sin embargo, la polémica han sido una de sus constantes a lo largo del tiempo, copando horas y horas en televisión, y dando al programa una pátina de reality que se aleja mucho de su origen.
Prácticamente ninguna de sus ediciones ha estado exenta de la misma. Especialmente cuando recordamos su versión Celebrity. No han sido pocos los concursantes que en los últimos años han denunciado situaciones de estrés prolongadas o un nivel de exigencia desproporcionado para un programa de entretenimiento.
Y entretanto, la figura de los jueces. Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz se han convertido en intocables en TVE. A lo largo de sus once años de vida, MasterChef ha cimentado las carreras profesionales de tres cocineros cuyos sueldos han trascendido recientemente.
Por cada entrega del talent culinario, cada uno de ellos percibe 10.000 euros del ente público. Cantidades que los elevan al selecto grupo de mejores pagados en la cadena pública, solo por detrás de otros profesionales como Julia Otero (Días de tele), Juan y Medio (Dúos Increíbles) o Luján Argüelles (Brigada Tech).
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