El grupo Prisa ha presentado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores la cuenta de resultados correspondiente al tercer trimestre de este año. Un balance que cierra de forma negativa, empeorando sus números un 30,4% respecto al mismo periodo del año pasado. Si a fecha del mes de septiembre de 2022, la compañía acumulaba pérdidas por valor de 28,2 millones de euros, en los primeros nueve meses del año las pérdidas crecen hasta los 36,7 millones. Un aumento que desde la compañía justifican por el incremento de los gastos financieros de los tipos de interés.
No obstante, Prisa ha logrado un incremento del 15,5% de sus ingresos en los primeros nueve meses del año, creciendo hasta los 678,4 millones de euros. En esta partida, han incrementado los ingresos, tanto de Santillana, que han mejorado por encima del 21% y los de Prisa Media, con un crecimiento superior al 8%.
A pesar de estos números, el beneficio neto de la compañía ha descendido un 122,1% respecto al mismo periodo del año anterior, llegando a un resultado negativo de 93,7 millones de euros. No obstante, desde enero y hasta septiembre, Prisa ha logrado mejorar su resultado bruto de explotación (EBITDA) cerca de un 68%, alcanzando los 127,2 millones de euros.
Deuda desorbitada
Desde la compañía aseguran que mantienen la hoja de ruta propuesta para reducir su importante deuda, que, actualmente, se sitúa en 870 millones de euros, 55 millones menos que en diciembre del año pasado.
Según advierte la cotizada, este descenso es debido al impacto de la emisión de obligaciones, cuya segunda ventana de conversión se ha abierto en estas últimas horas, tras la celebración del último consejo de administración de la compañía.
La ratio deuda neta/EBITDA se coloca en 4,3 veces, reduciéndose 1,9 veces respecto a diciembre de 2022. Por su parte el cash flow mejora en 119 millones sobre septiembre de 2022 y al cierre de estos nueve primeros meses de 2023, la liquidez se sitúa en 162 millones.
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