CON TRATAMIENTOS MÁS EFICACES Y PERSONALIZADOS

La investigación en obesidad se suma a los sistemas de Inteligencia Artificial

UNA ALTERNATIVA PARA PODER TRATAR GRANDES CANTIDADES DE DATOS

LA IA proporciona de forma automática conocimiento útil, realizar predicciones de elevada precisión y ayudar en la toma de decisiones

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La Inteligencia Artificial está tomando terreno en multitud de ámbitos de la salud, puesto que ofrece una gran eficacia en la recopilación y archivo de datos para investigación.

En el caso de los expertos que investigan la obesidad, estos recopilan grandes cantidades de información mediante cuestionarios, análisis bioquímicos y antropométricos. Todo ello a través de aplicaciones móviles y dispositivos portátiles, donde obtienen información que puede ser determinante sobre los hábitos de vida y alimentación de los pacientes. Sin embargo, la cantidad de datos recopilada ha llegado a ser tan grande, heterogénea y con tan alta dimensionalidad, que se complica su análisis a través los métodos informáticos y estadísticos clásicos.

En este sentido, los investigadores en obesidad se suben al barco de la Inteligencia Artificial (IA). Jesús Alcalá Hernández, catedrático del Dpto. de Ciencias de la Computación e IA de la Universidad de Granada (UGR), participante en el XIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), explica que “las técnicas de IA han experimentado un notable impulso para abordar la obesidad debido a su capacidad para obtener, de forma automática, conocimiento útil, para realizar predicciones de gran precisión y para ayudar en la toma de decisiones”.

En la obesidad, al igual que en el resto de patologías, en el sentido de que genera una gran cantidad de datos clínicos, estos se convierten en el “combustible” para el progreso. En palabras del Dr. Ignacio Medrano, neurólogo y fundador de la empresa Savana, “los datos son la gasolina que alimenta los algoritmos de aprendizaje automático que permiten hacer una verdadera medicina de precisión”.

El miedo a trabajar en “la nube”

Aunque la IA en investigación clínica es ya el presente, aún se detienen proyectos de IA “por razones incomprensibles, como el miedo a trabajar en la nube”, señala el Dr. Ignacio Medrano y añade que los profesionales sanitarios están preparados para asumir esos recursos, “porque la IA no es más que un tipo avanzado de matemáticas apoyadas por computación, nada que no podamos aprender y manejar”.

Aun así, para los expertos sigue siendo imprescindible trabajar con sistemas de IA merecedores de confianza. Para el profesor Jesús Alcalá, “los expertos en obesidad solo podrán confiar en los sistemas de IA y aprovechar sus beneficios si, tanto esta tecnología como los procesos subyacentes a ella, son fiables”.

El catedrático de la UGR hace hincapié en el papel del experto sanitario, en caso de que los resultados de los sistemas de IA no coincidan con la estimación u opinión del experto sanitario. En estos casos, Jesús Alcalá explica que es fundamental que el especialista pueda consultar la información utilizada y qué razonamiento ha llevado a cabo el sistema para llegar hasta el resultado, con el objetivo de volver a revisar el historial médico del paciente y así determinar si está de acuerdo con la recomendación del sistema o si es necesario reajustarlo para que tenga en cuenta situaciones similares en el futuro.

“Esta transparencia del modelo permitirá a los especialistas confiar en los sistemas IA y considerarlos como herramientas complementarias que ayudan a mejorar el bienestar de los pacientes”, asegura el catedrático.

En esta línea, la UE ha presentado un proyecto de ley para la IA, estableciendo unas directrices para promover el desarrollo de una IA fiable.

Seguiremos informando…

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