La Comisión Europea ha aprobado un degradador selectivo oral del receptor de estrógenos de nueva generación (SERD, por sus siglas en inglés) en monoterapia para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama con receptor de estrógeno positivo (RE+) y HER2 negativo, localmente avanzado o metastásico con una mutación activadora ESR1, que tienen progresión de la enfermedad siguiendo al menos una línea de terapia endocrina que incluya inhibidor de CDK 4/6.
Este nuevo tratamiento viene guiado por un biomarcador, la mutación ESR1, que está presente hasta en un 40% de los casos de cáncer de mama avanzados o metastásicos RE+/HER2- y es un factor conocido de resistencia a la terapia endocrina estándar, lo que hace que estos tumores sean más difíciles de tratar.
Este biomarcador debe estudiarse a partir de biopsia líquida, conjunto de técnicas o ensayos basados en la identificación de biomarcadores en fluidos del paciente, generalmente, en sangre o plasma -según el tipo, permite aislar y cuantificar células tumorales circulantes, lo que ha demostrado valor pronóstico en tumores como en cáncer colorrectal metastásico; o caracterizar el ADN tumoral circulante, que está demostrando un gran valor clínico en los últimos años-, lo que supone un enorme reto diagnóstico en práctica asistencial.
Proyecto internacional liderado por la Fundación Jiménez Díaz
“Se trata de un proyecto de alcance internacional liderado por la Fundación Jiménez Díaz, único centro español participante” y al que, a lo largo de 2024, se unirán otros laboratorios de Reino Unido, Bélgica, Italia y otros países de la Unión Europea, explica el Dr. Federico Rojo, jefe del Departamento de Anatomía Patológica del hospital madrileño. “En nuestro entorno, ya se emplea la biopsia líquida para identificar biomarcadores en pacientes con cáncer de pulmón, colorrectal o melanoma, de forma complementaria al estudio del tejido. Esta es la primera aplicación consolidada en cáncer de mama, aunque en centros académicos españoles se ha utilizado la biopsia líquida en este tipo de tumor en circunstancias limitadas”.
“En las pacientes con cáncer de mama luminal (dependiente de receptores hormonales) metastásico sabemos que la progresión o la resistencia al tratamiento anti-estrogénico depende en un porcentaje importante de los casos de la adquisición de una mutación en un gen, el ESR1, asociándose a una peor evolución clínica”, continúa el especialista, indicando que el nuevo fármaco contra el receptor de estrógeno tiene como indicación precisamente el tratamiento en segunda línea de estas pacientes en las que se demuestre la presencia de la mutación de ESR1.
El estudio de la mutación de ESR1 a partir de la biopsia líquida puede evitar la necesidad de rebiopsiar las lesiones de estas pacientes, en un contexto clínico complejo, con enfermedad a menudo poco accesible para la obtención de muestras de tejido. Concretamente, “esperamos poder detectar ESR1 mutado en casi en un 50 por ciento de las pacientes con cáncer de mama luminal metastásico que han progresado a su primer tratamiento y, por lo tanto, poder ofrecerles la oportunidad de recibir un nuevo tratamiento dirigido contra el receptor de estrógeno”, concluye el Dr. Rojo.
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