EN UNA SOCIEDAD CONSCIENTE DEL IMPACTO AMBIENTAL 

La reputación requiere cada vez un compromiso más ético

TANTO CON LAS PERSONAS, COMO CON EL PLANETA 

La sostenibilidad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de una buena reputación. Los usuarios son cada vez más conscientes del impacto social de sus elecciones, y prefieren adquirir los productos de empresas que adoptan prácticas responsables.

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Actualmente, la creación de valor empresarial requiere la capacidad de lograr una diferenciación duradera en el tiempo, además de atraer y vincular emocionalmente a todos los grupos de interés con la habilidad para impulsar la legitimidad necesaria que permita mantener la licencia social para tener éxito. Por tanto, hablamos de un contexto que ha dado lugar a un nuevo ciclo económico y social, conocido como la ‘economía de la reputación y de los intangibles’.

Por tanto, la creación de confianza que las empresas generan en la sociedad y la apuesta por la sostenibilidad para dar respuesta a los desafíos medioambientales y sociales se han convertido en dos pilares de las empresas con buena reputación. En palabras de los expertos, “la reputación se ha convertido en el patrimonio intangible que asegura la sostenibilidad a largo plazo de las organizaciones. Entendida como un sentimiento de confianza, admiración y respeto que se cristaliza en actitudes y motiva comportamientos favorables hacia las empresas, la reputación no pertenece a las empresas, sino que se merece”.

Consumidores que valoran la reputación social de una compañía

Además, el consumidor del siglo XXI ya no solo busca productos o servicios de calidad, sino que también exige un compromiso ético y social por parte de las empresas de las que consume dichos productos o servicios. Es decir, espera que las empresas con las que se relaciona asuman un papel activo en la construcción de un mundo mejor, velando por la sostenibilidad, la solidaridad y el bienestar social. 

Una tendencia evidenciada en un estudio reciente de EvercomLife sobre hábitos de consumo, el cual refleja un cambio profundo en las expectativas de la sociedad hacia las empresas. A la hora de adquirir productos o servicios, dos tercios de los consumidores españoles valoran de forma positiva que la marca sea sostenible, y esto es común a todas las generaciones.

En datos: la sostenibilidad cobra cada vez más valor según avanzamos en edad (desde un 59% en el caso de la generación Z hasta un 72% en el caso de los baby boomers). Sin embargo, el principal grupo que compra exclusivamente productos de marcas sostenibles es la generación Z (un 17,78% frente al 3,90% de la generación baby boom, en el otro extremo). 

Así, se puede confirmar que la sostenibilidad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales en la reputacuón de una compañía y por tanto, etre sus consumidroes. Los usuarios son cada vez más conscientes del impacto ambiental y social de sus elecciones, y prefieren adquirir los productos o servicios de empresas que adoptan prácticas responsables. Desde la reducción de emisiones de carbono hasta la circularidad en el uso de materiales, pasando por una gobernanza responsable, las organizaciones están siendo evaluadas en base a su compromiso con el medio ambiente y las personas.

En este sentido, es muy necesario dar a conocer el impacto positivo que genera la actividad empresarial en colaboración con el ámbito público en la apuesta clara por contribuir a la resolución de las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), todo ello contando con un propósito y unos principios de actuación claros y reales.

“En un momento en que el mundo acumula guerras y crisis y en el que se debilita el multilateralismo, el tejido empresarial español deben participar en la defensa de los valores sociales y de la sostenibilidad”, concluyen los expertos.

Seguiremos informando…

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