La consultora de José Blanco y Alfonso Alonso no se da por vencida a pesar del contundente mazazo de la Justicia europea a favor de la Superliga y, por tanto, en contra de los intereses de su cliente, La Liga de Javier Tebas. Días después del varapalo judicial, la empresa especializada en Asuntos Públicos busca recomponer filas y pasar a la acción.
Acento lleva años contando con La Liga, que preside Javier Tebas, como cliente, con especial atención a las cuestiones derivadas de Bruselas. Y es que, precisamente, ha sido en el marco de la Unión Europea, donde se ha dirimido la primera gran batalla, ganada por el equipo de abogados de la Superliga de Florentino Pérez.
A pesar del golpe, Acento -siguiendo su perfil discreto- valora estos días cómo afrontar la sentencia, a pesar de que la consultora no lo está teniendo fácil en su servicio a La Liga de Tebas. Hasta el momento, y según diversas fuentes, sólo puede acreditar la caída de Luis Rubiales como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a causa de su tropezón con Jenny Hermoso, en la que habría tomado parte activa aprovechando los dislates del propio Rubiales.
Sin embargo, otros episodios han resultado más complicados para Acento. Por ejemplo, cuando a principios de este año anunció el fichaje de Albert Soler como responsable de su división de ocio, deporte y entretenimiento. Soler procedente del Consejo Superior de Deportes y exdirectivo del F.C. Barcelona, fue reclutado por su cercanía al propio Tebas. Una proximidad que, según parece, le costó el puesto en el CSD por falta de confianza del secretario de Estado de Deportes, Juan Manuel Franco, que le consideraba un peón de Tebas en la guerra de éste contra Rubiales y en la tramitación de la Ley del Deporte.
El fichaje de Soler por Acento no pasó desapercibido. Sin embargo, la consultora no midió el grado de implicación del exdirectivo del Barça en el ‘Caso Negreira’ y tuvo que desvincularse de ella un par de meses después de conocerse su entrada en la misma y tras varias informaciones periodísticas. Además, la entrada en liza de la Fiscalía, con su imputación por los presuntos pagos al vicepresidente de los árbitros, y la denuncia de la RFEF por prevaricación, aportaron una atención excesiva para una consultora que prefiere moverse -como es lógico- en el terreno de la discreción.
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