Radio Televisión Española tiene en Mediapro a su productora de confianza; y a su vez, la empresa catalana tiene en la corporación pública a su principal cliente y principal fuente de ingresos. La relación entre ambas se remonta a mucho tiempo atrás, pero en los últimos meses ha alcanzado cotas nunca antes vistas.
La llegada de José Pablo López a la presidencia del ente público ha sido determinante. Tanto es así, que Mediapro ha disparado sus ingresos gracias a contratos millonarios con RTVE. Uno de los más “jugosos” es el de La Revuelta, cuyo importe por este y el año anterior asciende a 28 millones de euros.
Solo en los primeros meses de 2025, la corporación ha sellado una serie de contratos millonarios en el primer semestre de 2025. El Terrat, la productora estrella del grupo, ha acaparado la mayor parte de la inversión, 9,3 millones de euros, con dos grandes proyectos.
El acuerdo principal, de 6,2 millones, financiará un nuevo espacio de prime time para la próxima temporada. Además, 3 millones de euros aseguran la continuidad y el éxito de la franja de máxima audiencia de los jueves, actualmente bajo el mando de Andreu Buenafuente.
Mientras tanto, la productora Big Bang Media ingresó 6,3 millones por Malas lenguas, el espacio de Jesús Cintora. La división Grup Mediapro se suma a la lista con 5,6 millones para la serie de temática social Barrio esperanza. Sumados a los 2,1 millones de Globomedia, el grupo confirma una cifra total de 23,3 millones de euros en 2025.
El futuro de la compañía pende de un hilo
Cifras muy notables que ponen de manifiesto la estrecha relación entre Mediapro y RTVE, y que coinciden con un momento crítico para la empresa catalana. Actualmente Tatxo Benet es quien ostenta la presidencia del grupo tras la salida de Jaume Roures en 2023.
El contrato de Benet vence este 2025 y, según adelantó El Confidencial, en estos momentos negocia con los inversores chinos de Orient Hontai Capital y Southwind Media -que controlan más del 85% del capital de Mediapro- la renovación de sus condiciones.
La etapa de Benet al frente de la compañía se concibió como un único y titánico desafío: desmantelar la arraigada dependencia de LaLiga. Durante veinte años, los derechos del fútbol español no fueron solo el pilar, sino la propia corona de Mediapro.
El punto de inflexión, el momento de mayor crisis y catalizador del cambio, llegó en 2025, cuando la productora perdió el control de la producción de los partidos. La joya de la corona se desvanecía. Pero lejos de hundirse, Benet orquestó una estrategia de supervivencia y expansión basada en el lanzamiento de un fondo de 1.000 millones de euros para adquirir propiedad intelectual deportiva, que busca nuevas fuentes de ingresos globales.
La continuidad de Benet como presidente de Mediapro se antoja, por tanto, clave para la compañía, que afrontará los últimos meses del año con la vista puesta en el Mundial de fútbol de 2026, cuyos derechos de emisión, curiosamente, compartirá con RTVE.
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