Hay nervios en Vox. La decisión del anuncio de llevar adelante una “macrodemanda” contra varios medios de comunicación y periodistas ha sido interpretada como un intento de guardar las apariencias ante las últimas informaciones que han aparecido -con filtraciones de audios y mensajes- que implican a asesores y cuadros de alto nivel, como Kiko Méndez-Monasterio y Montserrat Lluís, en el lío de Revuelta, sin contar a personal a sueldo del partido que compaginaba su labor con labores en dicha asociación.
El anuncio fue realizado vía X por Marta Castro, coordinadora jurídica de Vox y en el Senado, que desgranó la ‘lista negra’ de los medios señalados por el partido que representa Santiago Abascal.
En concreto, se trata de El Plural y su director, José María Garrido; RTVE y sus programas Mañaneros (Javier Ruiz) y Malas Lenguas (Jesús Cintora); La Razón, con su director, Francisco Marhuenda, y el redactor José Luis Vázquez; The Objetive, con su director, Álvaro Nieto, y el redactor Marcos Ondarra; y El Levante, con Juan Carlos Martí.
La decisión de Vox, confirmada posteriormente desde la cuenta oficial del partido, no ha dejado de sorprender, ya que une a medios del espectro izquierda y conservador. Pero, sobre todo, deja fuera a otros medios que han tocado la cuestión espinosa de Revuelta como El Mundo, ABC y otras cabeceras.
Entre los periodistas políticos, se considera que se trata de una estrategia de defensa de Vox para afrontar una situación difícil, siguiendo un guión ‘trumpista’ de acusar al mensajero en lugar de explicar lo sucedido. Y es que Vox ha ido mutando sus explicaciones, ya que en un principio negó cualquier vínculo de Revuelta con el partido. Un extremo que ha quedado desmentido por los audios que se han filtrado en los últimos días y que prueban cómo altos cargos del partido (Lluís, por ejemplo) y asesores de su presidente (como Méndez Monasterio) han metido la cuchara en el indigesto caldo de Revuelta.
De hecho, entre algunos de los expulsados en las sucesivas purgas de Vox se reconoce que negar la vinculación entre Revuelta y la formación era tan fugaz como negar la que existe entre Vox y Tizona Comunicación. “No dependen de Vox, pero todos saben que son el verdadero cerebro de Vox”, explican. Está por ver qué recorrido alcanza esta cascada de acciones legales y más después de que esta guerra entre facciones se haya cobrado, según se malician algunos, a uno de los denunciantes contra la directiva de Revuelta, Javier Revuelta, denunciado por presunto acoso sexual a un menor. Un impacto mediático que Bambú no podía esperarse.
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