En la Tierra a miércoles, septiembre 25, 2024

MEJORAR EL BIENESTAR DE LOS PACIENTES

Los especialistas de la Fundación Jiménez Díaz prescriben ejercicio físico para mejorar la calidad de vida

RETRASA LA APARICIÓN DEL ALZHÉIMER O DEL PÁRKINSON Y MEJORA LA CAPACIDAD COGNITIVA

Su práctica retrasa la aparición del alzhéimer o del párkinson, mejora la capacidad cognitiva y del aparato locomotor, disminuye el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y mejora el perfil de la hipertensión arterial y de la diabetes, entre otros beneficios

Una de las piedras angulares para una vida saludable desde el punto de vista físico y mental es la práctica de ejercicio, tanto para prevenir enfermedades como para mejorar su evolución una vez han aparecido. Por eso, con el fin de favorecer su práctica, la Fundación Jiménez Díaz y los otros tres Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña (Sermas) -los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)-, han incluido este año como estrategia prioritaria de sus respectivas líneas de trabajo de promoción y prevención en salud la prescripción de ejercicio físico para contribuir a mejorar la calidad de vida y bienestar de la población.

Para ello, especialistas de diferentes áreas han elaborado una serie de consejos enfocados en distintos perfiles de pacientes, como las personas mayores y quienes sufren enfermedad cardiovascular o con patologías del aparato locomotor -rodilla, hombro o columna- para ayudarles a saber cómo hacer ejercicio de manera saludable.

El Dr. Óscar Gómez, director corporativo de Continuidad Asistencial de los citados cuatro centros, señala que “el deporte, bien hecho y bien entendido, es una de las mejores herramientas que tenemos, ya que tiene un impacto positivo prácticamente en todos los órganos del cuerpo”. Por ejemplo, retrasa la aparición del alzhéimer o el párkinson; mejora la capacidad cognitiva y del aparato locomotor; disminuye el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, como el de mama o el de colon; y mejora el perfil de la hipertensión arterial y la diabetes, entre otros beneficios. En concreto, “se ha comprobado que la práctica de ejercicio físico puede llegar a reducir el índice de mortalidad en torno a un 20-25 por ciento, especialmente en aquellos individuos que están mejor entrenados”, agrega.

En el caso concreto de pacientes con enfermedad cardiovascular, esta red asistencial tiene, de hecho, protocolizada la prescripción de ejercicio físico, ya que reduce entre un 20 y un 25 por ciento la posibilidad de sufrir una cardiopatía. “Sin embargo -dice el Dr. Gómez-, buscamos hacerlo extensivo a otras personas que tienen un mejor cuadro médico y seguir promoviendo su práctica en general, haciendo énfasis en que, probablemente, el ejercicio bien hecho tiene la misma efectividad, o incluso más, que algún tratamiento”.

Para ello, los profesionales médicos envían al Portal del Paciente (aplicación de desarrollo propio de estos cuatro hospitales) un documento con las recomendaciones correspondientes -de los cinco tipos que hay- y posteriormente, a los tres y a los seis meses, les preguntan a través de la aplicación, para seguimiento y valoración, si realmente están realizando el ejercicio propuesto, la utilidad del mismo, motivación y si están percibiendo beneficios, entre otras cuestiones de interés.

En cuanto a cómo debe practicarse el ejercicio físico, los expertos aconsejan siempre como base el ejercicio aeróbico cardiovascular sano, como caminar, nadar o trotar, durante unos 30 ó 40 minutos, y siempre a un ritmo asumible en cada caso. Asimismo, recomienda combinar el aeróbico con ejercicio de fuerza para ganar musculatura, y a una intensidad adecuada, aunque siempre con moderación, para que no suponga un estrés para el organismo.

Pasos previos para comenzar el ejercicio

Con respecto a las personas con más de 60 años, el director de Continuidad Asistencial de esta red asistencial aconseja realizar en primer lugar un chequeo que permita evaluar el estado físico de partida y comprobar si hay algún factor de riesgo. En este sentido, subraya que “es fundamental que las personas de este grupo poblacional no caigan en el sedentarismo, ya que la mayor parte de los problemas atendidos en consulta derivan de la impotencia funcional que se va desarrollando a ciertas edades con el paso del tiempo”. Para estas personas se recomienda un ejercicio constante y moderado y, si se comienza de cero, es importante recordar que tienen más riesgos que quienes ya están entrenados; de ahí la relevancia de que la práctica del ejercicio sea progresiva.

Finalmente, en los casos en los que un paciente quiera hacer un ejercicio más vigoroso, el Dr. Gómez recomienda hacer un electrocardiograma o una prueba de esfuerzo, así como confirmar si sufre alguna molestia o tiene antecedentes personales o familiares alarmantes. “En general, la actividad física es buenísima y hay que promoverla tanto como la dieta mediterránea, ya que puede retrasar la aparición de muchas enfermedades y hacer que estas tengan una evolución más favorable”, concluye.

Seguiremos Informando…

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