La prera normativa aprobada el Congreso respecto al cigarrillo electrónico parece haber dado la razón al colectivo comercial que se encuentra detrás del gadget de moda entre los fumadores. Mientras continúa la polémica sobre su consumo, el lobby de este producto comienza a hacerse fuerte, y las empresas del sector ya empiezan a trabajar en una estrategia de comunicación que consiga su aceptación.
Cuando la tormenta interminable del lobby del tabaco parecía amainarse, hace unos meses un nuevo agente entraba en el juego: el sector representante del cigarrillo electrónico. Como ya hicieran en su momento las tabacaleras hace décadas, las empresas fabricadoras y distribuidoras del nuevo producto estrella entre los fumadores están ya conformándose como un nuevo grupo de poder en una guerra que parecía ya acabada.
Precisamente la aprobación de la prera normativa sobre el cigarrillo electrónico, que recoge los puntos principales incluidos en la directiva europea no ha gustado demasiado a las sociedades médicas y científicas y colectivos de no fumadores. Industria farmacéutica y tabacalera tampoco parecen demasiado contentos con el cigarrillo electrónico. La razón es la consideración de estos cigarrillos como derivados del tabaco, no como productos sanitarios. La prera consecuencia es que no tendrán qué venderse en farmacias y que tributarán un IVA del 21%.
El aumento exponencial del uso del cigarrillo electrónico y el consecuente desarrollo de un negocio en auge y la falta de regulación respecto a su uso y comercialización han hecho que desde este sector se hayan ‘puesto las pilas’ rápidamente y las empresas de este producto ya trabajen en estrategias de comunicación que consigan la aceptación del mismo.
Precisamente, tras conocer la posición de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados sobre la regulación del cigarrillo electrónico, profesionales sanitarios y asociaciones de no fumadores han expresado su profunda decepción. ‘No se corresponde con ningún tipo de necesidad ni sanitaria ni tampoco demandada la ciudadanía’, según han asegurado la Organización Médica Colegial (OMC) y el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT).
Hace pocas semanas la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) anunciaba que la agencia de comunicación Román y Asociados sería la encargada de la planificación y gestión de su estrategia de comunicación y acciones de relaciones públicas a nivel nacional y regional.
El plan de comunicación diseñado Román y Asociados para ANCE pretende posicionar a la asociación como el referente del sector del cigarrillo electrónico y reforzar su condición de interlocutor oficial en su comunicación con los medios y los organismos institucionales pertinentes. La estrategia planificada la agencia también contempla la plementación de acciones que contribuyan a informar a la opinión pública acerca de este nuevo producto y su marco regulatorio, informaba la asociación en un comunicado.
A nivel particular, la empresa Puff Cigarette Iberia, una de las marcas líderes en la fabricación y distribución de cigarrillos electrónicos, anunciaba la contratación de la agencia Grayling. Ambas firmas trabajan conjuntamente para hacer llegar a la opinión pública las ventajas para los fumadores de la utilización de los cigarros electrónicos ‘como alternativa al tabaco, conservando el placer que éste prociona pero de forma más saludable y segura gracias al uso de líquidos inocuos exentos de los componentes perjudiciales del tabaco’.
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