Carlos Delgado, concejal de Uleg, ha denunciado en rueda de prensa el supuesto caso de amaño en el ayuntamiento de Leganés. Delgado afirma que en el área de Nuevas Tecnologías y Servicios a la Ciudadanía del consistorio, salió a licitación un servicio de plataformas de tales valor de 180.000 euros, del que finalmente resultó adjudicataria la empresa TSystems, ‘a pesar de no ser la empresa que presentaba mejor oferta’, declara.
El concejal del partido independiente muestra a través del documento guardado en las carpetas informáticas, como el pliego de licitación fue realizado Miguel Ángel Portolés Seó, trabajador de la empresa T Systems. Por lo que aseguran que esto sólo admite una interpretación: ‘que el pliego, con el beneplácito o participación de los responsables del ayuntamiento ya que quien guarda el documento es el funcionario municipal “jacalderon”, fue elaborado la propia empresa que resultó ganadora para garantizarse así el éxito, adaptando a sus propias necesidades, ventajas y criterios el pliego. Por ello no extrañó que en la valoración técnica la empresa TSystems obtuviera 830 puntos y la siguiente sólo 490’. La adjudicación se realizó cuando la oferta de esa empresa era de 162.398 euros, mientras que Ericsson ofreció 157.895 euros.
Por todo ello, Delgado considera que ‘estamos ante un escándalo mayúsculo que más allá de las posibles repercusiones penales del caso, es una pillada in fraganti de un amaño en toda regla, un amaño además chapucero’. Y ha recordado otras circunstancias como ‘Leganés Digital’, donde resulta que ‘en el área de informática no hay un solo licenciado o ingeniero en informática, ya que la única persona que lo era fue exiliada razones no profesionales a otro departamento’, mantiene; y continúa diciendo que la Informática del ayuntamiento de Leganés es como ‘un hospital donde te atiende un curandero, el director es un chamán y donde al único cirujano que tienen lo desplazan a la sala de fisioterapia. Así está un servicio clave como el de la informática de Leganés. Luego pasa lo que pasa’. A este hecho hay que sumarle el ‘caso Alvina’, el que ditió Virginia Moreno, directora de servicios de Informática.
‘No estamos hablando de sospechas o conjeturas, son pruebas fehacientes, documentales y, en el culmen de la torpeza, son los propios autores de las fechorías quienes se retratan en los documentos que cuelgan en los registros informáticos del ayuntamiento’, finalizó Delgado.
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