Mucho se ha hablado de Spotify en los últimos días, sobre todo desde que se supo que, en aras de hacerse fuerte (más aun) en el mercado de la música por streaming, estaba en conversaciones avanzadas para hacerse con otro referente (más independiente, eso sí) del sector: SoundCloud. Así, estos movimientos, que buscan el seguir creciendo por parte de la compañía, desmuestran que goza de buena salud, hecho que confirma a prnoticias.com Javier Gayoso, Director de Spotify en España: “Nuestros usuarios siguen creciendo en todo el mundo. Además, cada vez estamos disponibles en más países (van 59) y seguimos innovando y avanzando para que nuestro servicio tenga cada vez más valor para los usuarios”.
También ayuda el hecho de: “Superar los 40 millones de usuarios Premium”. Ellos son parte importante de los méritos económicos de Spotify. Los mismo que permiten nuevos avances que, como nos confirman, ya están en camino: “Estamos desarrollando nuevas herramientas, conjuntamente con artistas y sellos discográficos, que ayudarán a que continuemos por el mismo camino”. También aportan a este crecimiento los: “Más de 100 millones de usuarios”. Una cifra que supone para la plataforma: “Un aumento espectacular, el mayor de nuestra historia”. Por lógica, las escuchas también han subido. En resumen, y como decíamos, su salud parece ser de hierro.
Spotify se entrega a sus canciones… y a sus artistas
Spotify tiene un valor, más allá de las canciones: los artistas que las crean. Por ello, su relación con cada uno debe cuidarse mucho. También estos la necesitan ya que es escaparate estupendo para su producto. Así, estamos ante un binomio que debe funcionar (y lo hace), ya que ambas partes persiguen: “Un objetivo común” que se resume, a nivel artístico “en que la música llegue al máximo público posible” y en lo económico “que al artista se le remunere de forma justa por su trabajo”. En esto último, Javier nos advierte de un hecho importante: “Desde nuestro nacimiento, ya hemos pagado más de 5.000 millones de dólares solo en concepto de derechos de autor”. Por eso defiende el trabajo que hacen con ellos, sobre todo en lo social: “Estamos a su lado para ayudarles a llegar al mayor número de fans posible y aumentar su base de seguidores”.
¿Cómo?: “Hemos desarrollado el portal, de nombre ‘spotifyartists‘, que sirve como guía de uso para un Spotify con mejores prácticas. En él, se resuelven dudas frecuentes y, además, contiene herramientas de datos de gran utilidad para los artistas”. Pero… ¿Todo son buenas palabras? No siempre. Un hecho que Javier ve normal: “Es algo natural que, con la irrupción de un nuevo modelo de negocio en cualquier industria, haya voces disonantes”. Para solucionarlo, nuestro entrevistado invita a los detractores a actuar como, otrora, hicieron Los Beatles: “En este sentido, podrían fijarse en su caso. Su catálogo no estaba presente en las plataformas de streaming al principio y ahora los que más los escuchan nacieron después de que la banda se separara, en gran parte gracias a plataformas como la nuestra”. ¿Habrán tomado nota los aludidos?
Spotify y el debate de los ‘royalties’
Uno de los quebraderos de cabeza de los artistas, desde que existe la música (o casi) son los derechos de autor (o royalties). En lo relativo a esto, Spotify tiene una política muy clara, para evitar problemas futuros: “Dedicamos el 70% de nuestros ingresos totales, derivados de la publicidad del servicio gratuito y de las cuotas de suscripción, a los propietarios de los derechos de la música”. Un pago que reciben: “Tanto artistas, como sellos, discográficas y sociedades de propietarios de derechos”. De esta forma, nadie se queda sin su parte (proporcional a lo que aportan… y a lo firmado). De hecho, como nos comenta Javier, esta inversión es superior a lo que muchos imaginarían: “Cada año, pagamos a los sellos y a las sociedades de artistas cientos de millones”. Ellos son los que, luego: “Distribuyen ese dinero entre los artistas de acuerdo a sus propios acuerdos”. Así, Spotify se cura en salud con respecto a demandas futuras. La bola queda en otro tejado.
¿Vendetta de Spotify contra los prófugos?
Hace unos meses, Spotify fue noticia por, según alegaron los medios, no aceptar de buena gana que determinados artistas prefiriesen a la competencia. De hecho, se contó que a aquellos que eligieron a Apple Music o a Google Music (incluso a Tidal) para sacar sus discos en exclusiva, se les atacó duramente, con la intención de rebajar su presencia en buscadores (consiguiendo con ello una reducción en su caché y una pérdida de dinero cuantiosa). Una información que, en palabras de Javier: “Es totalmente falsa. Spotify no enterró en los resultados de búsquedas a estos artistas”. Defiende, por tanto, que su objetivo con respecto a ellos (y las disqueras): “Es ser el mejor compañero de viaje posible”. Eso sí: “Para los que quieran trabajar con nosotros”.
Por tanto, y es otro de los puntos que generaba conflicto, Spotify no exige exclusividad a aquellos que quieran caminar junto a ella. Es más, reniega de ella: “Estamos en contra de los acuerdos de exclusividad. No nos parece ventajoso ni para el artista ni para el usuario” porque “los artistas quieren llegar al mayor número de fans posible y los fans quieren poder escuchar de forma sencilla toda la música posible” algo que “los acuerdos de exclusividad no permiten, ya que cierran a los artistas parte de su mercado y dejan a los fans sin parte de esa música que desean oir”.
¿Los artistas prefieren lo ‘premium’ o lo gratuito?
A pesar de defender esta buena sintonía, no todo “se pinta en rosa” (como bien hemos comentado previamente). Uno de los puntos en los que no terminan de entenderse envuelve a los métodos de consumo que tienen los usuarios. Para ellos, el Premium debería imperar sobre el gratuito. Una medida poco comprensible ya que, por lo que nos han comentado, ambos generan unos beneficios que, a posteriori, pagan sus royalties. El Director de Spotify en España lo tiene muy claro: “El modelo gratuito nos ha llevado a sobrepasar los 100 millones de usuarios, y más de la mitad utilizan Spotify de esta forma. Por lo tanto, seguimos absolutamente comprometidos con este modelo de negocio, que representa una parte importante de nuestros ingresos”. De hecho, el ratio de conversión les da la razón: “Hemos visto que el 80% de nuestros usuarios Premium han sido previamente usuarios gratuitos, por lo que la parte gratuita se convierte en un canal de vital importancia para la conversión a Premium”.
La batalla con las discográficas
Las discográficas son una parte importante del juego. Más aún: “Son parte clave del modelo actual de mercado y sin ellas esto no sería posible”. Así, y si seguimos la línea histórica de Spotify, la plataforma tuvo que sudar tinta para conseguir su apoyo (y su catálogo). Una unión que data de años y que parece que se está negociando de nuevo con… ¿Éxito?: “Como en toda negociación siempre hay tira y afloja”. Unas diferencias que no hacen que Spotify olvide lo que considera más importante: “Vaya como vaya, pondremos siempre en el centro al usuario y al artista con la finalidad de que salga beneficiado de cualquier acuerdo que podamos alcanzar”.
En este punto, nosotros nos preguntamos… ¿Por qué no negocia directamente con ellos? Javier se muestra precavido: “De momento, lo que tenemos que hacer es trabajar para que Spotify sea un lugar donde las discográficas quieran estar”. En el futuro se verá. Y es que, hoy, prima el conseguir: “Un servicio rentable para sus promociones”. Esto no aleja la opción de que: “Un artista pequeño que carezca de contrato o acuerdo con una discográfica también puede subir su contenido a Spotify. Puede a través de una de las agregadoras de contenido musical disponibles”.
¿Cambiará está política en el futuro? Por lo que nos comenta Javier, de hacerlo será dentro de mucho tiempo, ya que: “Las discográficas cambiaron la forma en la que el mercado de la música era concebido, y cambiaron la vida de los artistas y, desde entonces, siempre las hemos necesitado para poder conseguir nuestros objetivos y creemos que son clave si queremos que el mercado de la música siga progresando y venciendo a nuestro mayor enemigo: la piratería musical”.
La competencia… ¿Es buena?
Dicen que la competencia es sana. Javier parece ser de la misma opinión: “La aparición de otros servicios musicales es un indicador de que estamos haciendo bien ese trabajo y, a partir de ahí, es el usuario quien debe decidir”. Ellos, según nos comenta, sólo puede trabajar para: “Ofrecer el mejor servicio y a la mejor calidad posibles”. Lo que si le preocupa es la piratería: “Es nuestro mayor competidor”. Así, trabajan cada día para que: “Se piratee menos música y se consuma siempre de manera legal.
Con todo, no se escapa que la llegada de, sobre todo, Apple Music (la marca de Cupertino convierte en oro todo lo que toca), puede hacer daño a sus intereses. Nuestro invitado se mantiene en su postura: “Como he comentado, nosotros trabajamos con un objetivo en la cabeza: conseguir que los usuarios consuman música legal y ese consumo se traduzca en una retribución justa para artistas y discográficas. No queremos entrar a compararnos con los otros servicios musicales ni con la dimensiones de sus empresas”. Una posición loable que no elimina el factor negativo que puede representar esta masificación de alternativas (Google Music, la mencionada de Apple, Tidal, Rdio…). ¿Resistira? Estamores atentos.
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