Faltan unas semanas para que se celebre la Convención Nacional Republicana y todavía son muchos los escépticos a la candidatura de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Mientras algunos miembros del partido creen que el magnate es un obstáculo para conseguir llegar a la casa Blanca, la prensa especializada critica una estrategia de comunicación demasiado agresiva y polémica con el que ha creado un auténtico show político, que “le ha costado la credibilidad como candidato político”, explica Miguel Ángel Rodríguez Caveda experto en comunicación política y Global COO de la agencia 3AWW.
Ese tono en sus discursos e intervenciones públicas han hecho que Donald Trump no haya dejado de aparecer en los medios de comunicación a diario, no solo por ser un candidato a la presidencia de EE.UU, sino por sus discursos extremistas y su controvertida campaña. “Todos nos acordamos del famoso muro en la frontera de México que dijo que construiría” comenta Miguel Ángel Rodríguez Caveda. “Probablemente este fue uno de los momentos más escandalosos de su campaña, no solo por el contenido, sino por la seguridad que demuestra con sus gestos y expresiones”.
En su estrategia tiene mucho que ver “un lenguaje corporal tajante y gestos burlescos, con los que refuerza el estilo de su comunicación verbal gracias a la no verbal” apunta el experto de la agencia 3AWW. Y ya que las elecciones norteamericanas siempre son un evento político seguido por millones de personas, Donald Trump se ha convertido en un verdadero showman, consiguiendo que el número de sus apariciones en los medios sea muy superior al de su principal rival, la más que probable candidata demócrata Hillary Clinton.
Nos encontramos ante las elecciones más singulares de la historia de los Estados Unidos. Y no sólo porque es la primera vez que una mujer podría convertirse en candidata del país, sino también por el perfil de Donald Trump, un empresario sin experiencia en política, que no militaba en las filas del partido republicano y que hasta hace poco, simpatizaba con los demócratas. Ante esto, el magnate “deberá moderar sus intervenciones para poder ‘asegurar’ el voto de los tradicionales votantes republicanos”, señala Rodríguez Caveda. En este sentido, Donald Trump se verá forzado a “dejar de lado los mensajes provocadores y explícitos sobre las medidas que llevará a cabo si, finalmente, es elegido Presidente”.
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