Juan Luis Cebrián no quiere marcharse de Prisa. El actual presidente del Grupo está convencido que lo mejor para la empresa (y para él) está por llegar y que todavía tiene mucho que entregar a la causa. Son las reflexiones que Cebrián ha compartido con su equipo más cercano desoyendo las sugerencia de algunos colaboradores que le han indicado que este año es propicio para emprender la retirada, por todo lo alto y con Prisa por primera vez en beneficios desde hace más de un lustro.
El pasado 20 de abril Prisa presentó ante la CNMV sus resultados financieros del primer trimestre que por primera vez en más de cinco años generaron un beneficio de 8,6 millones de euros. El dato se interpretó en los mercados como el comienzo de la recuperación de uno de los grupos más castigados por la crisis. Estos resultados además han coincidido con la firma del acuerdo con Telefónica con la venta de Digital Plus, lo que le da un importante respiro financiero a la compañía.
En teoría un remanso de paz para un Grupo que ha estado en los últimos años al borde de la insolvencia y la desaparición, siempre de la mano de Juan Luis Cebrián, su todopoderoso Presidente. Cebrián ha tomado decisiones erróneas, ha malvendido Digital Plus, ha dado entrada a fondos de inversión, ha desvalorizado la compañía, ha destruido ‘El Pais’ y está cerca de cargarse Cadena SER, en el mismo periodo en que ha ganado 22,5 millones de euros.
Prisa -que hace diez años era el multimedia más pujante de España– ha perdido 3.600 millones de euros desde 2011. Es por ello que tras los resultados del último trimestre Cebrián ha lanzado las campanas al vuelo y ha reafirmado su intención de mantenerse al mando de la compañía el tiempo que haga falta. Como es habitual Cebrián no se pone más plazos que su voluntad de seguir enriqueciéndose. Sin ir más lejos solo en 2015 ganó 1,87 millones de euros situándose de lejos como el directivo mejor pagado de los medios de Comunicación.
Con estos números y previendo que este año la empresa podría volver a los beneficios, su círculo más cercano le ha sugerido que es momento de la retirada, por todo lo alto y con buenas sensaciones. Su equipo cree que si Cebrián se retira a finales de este año borraría en gran parte la mala imagen de años anteriores dejando una Prisa en alza y con buenas cifras.
Del mismo modo, se cree que la empresa ya está encarrilada por el buen camino bajo la dirección de José Luis Sáinz, un verdadero camaleón de la gestión que ha sabido soportar el despotismo de Cebrián a la vez que ordenaba las cuentas de la compañía.
Pero Cebrián no quiere marcharse y así se lo ha hecho saber a quien quiera escucharlo. Cree que lo mejor está por llegar y que quiere estar presente en los ‘buenos años’ que se cree que están por llegar a Prisa. Es Cebrián en estado puro. El mismo que ha pronosticado el fin del papel desde hace diez años, pero que sigue viviendo se sus diarios.
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