En la Tierra a martes, noviembre 12, 2024

Novartis Oncology presenta Signifor, un nuevo análogo de la somatostatina de segunda generación

En el marco del 58º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Novartis Oncology ha presentado Signifor, un nuevo análogo de la somatostatina de segunda generación para el tratamiento de pacientes adultos con acromegalia en los que la cirugía no es una opción o no ha sido curativa y que no están adecuadamente controlados con otro análogo de la somatostatina (ASS).

La aprobación se ha basado en los datos de dos estudios multicéntricos de Fase III, C2402 y C2305 respectivamente, que evaluaron pacientes con acromegalia no controlada con ASS de primera generación y a pacientes post-quirúrgicos sin tratamiento farmacológico previo o pacientes recién diagnosticados para los que la cirugía estaba contraindicada. Ambos estudios demostraron que Signifor presenta una eficacia superior en el control bioquímico medido por los niveles de la hormona de crecimiento (GH) y del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), en comparación con un ASS de primera generación5.

El 58º Congreso de la SEEN ha reunido en Málaga a expertos endocrinólogos y nutricionistas. En el marco de este encuentro, Novartis ha organizado el Simposium Satélite Avance para conseguir el control de la acromegalia, centrado en el desarrollo de la medicina personalizada para el control de la patología, la apuesta por nuevas terapias y la experiencia clínica con Signifor. En la reunión han participado el Dr. Antonio Picó, Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario de Alicante; la Dra. Mónica Marazuela, Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario La Princesa; la Dra. Rosa Cámara, Jefa de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia; el Prof. Andrea Giustina, profesor de Endocrinología y Metabolismo de la Universitá degli Studi di Brescia en Italia y el Dr. Gabriel Obiols, Adjunto del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona.

Se estima que a nivel mundial la acromegalia, enfermedad crónica y debilitante, afecta a unas 60 personas por millón, presentando una incidencia anual de 3 a 4 nuevos casos por millón. En la mayoría de los casos, los pacientes desarrollan un tumor benigno en la glándula hipofisaria, causa de una producción excesiva de GH y, finalmente, del IGF-1 en el organismo. Estas alteraciones pueden provocar acromegalia, ocasionando el agrandamiento de manos, pies, rasgos faciales y órganos internos o, incluso, en el caso de aquellos que no logran un control bioquímico completo de la enfermedad, consecuencias graves para la salud como enfermedad cardiaca, hipertensión, artritis o cáncer.

Según ha apuntado el Dr. Manuel Puig Domingo, Presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “debido tanto a los datos de incidencia como de prevalencia, la acromegalia es una enfermedad que entra dentro del grupo de las enfermedades raras. Además, aunque no disponemos de cifras precisas, algunos estudios indican que entre un 30 o 50% de los casos pueden no presentar un control bioquímico adecuado, pero esto depende del momento cronológico en que se evalúa al paciente”.

La mortalidad en los pacientes con acromegalia supera en tres veces la observada en la población normal, lo que conlleva una reducción del promedio de la esperanza de vida de estas personas en aproximadamente 10 años. Sin embargo, los datos epidemiológicos disponibles indican que el buen control de la enfermedad aproxima la tasa de mortalidad de los pacientes con acromegalia a la de la población general. En esta línea, la Dra. Rosa Cámara Gómez, Jefa de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, ha hecho hincapié en que “uno de los principales objetivos del tratamiento de la acromegalia es disminuir la elevada tasa de mortalidad que arroja, manteniendo al paciente asintomático”.

La SEEN trabaja de forma activa por el control y correcto abordaje de la acromegalia mediante diversos proyectos de investigación que desarrolla en el campo de la endocrinología, la nutrición y el metabolismo. En relación a estas líneas de trabajo desarrolladas por la SEEN, el Dr.Puig ha indicado que “desde la SEEN se trata de mejorar la comunicación con los pacientes, para que dispongan de información adecuada sobre la enfermedad. Además, la SEEN busca concienciar a la sociedad civil y a los profesionales médicos no endocrinos de la existencia de la patología y de la necesidad de alcanzar un diagnóstico precoz”.

Finalmente, el experto ha señalado la importancia de “la promoción de la medicina personalizada en el tratamiento de la acromegalia a través de proyectos como REMAH (Registro Español Molecular de Adenomas Hipofisarios) u otros pertenecientes al grupo de trabajo de Neuroendocrinología”.

La Dra. Cámara ha declarado esencial la introducción de nuevas terapias, alternativas a la cirugía, para el tratamiento de la acromegalia. “La primera opción terapéutica en acromegalia sigue siendo la cirugía, pero el tratamiento farmacológico es necesario cuando la cirugía no cura o no se puede hacer. Además de emplear medidas que nos permitan mejorar el rendimiento de los fármacos actuales, es necesaria la introducción de nuevas terapias ya que los tratamientos actuales no controlan al 100% de pacientes acromegálicos”, ha manifestado. En este sentido, el Dr. Puig ha afirmado que “las nuevas terapias farmacológicas que puedan tener una respuesta primaria más eficaz son evidentemente deseables, porque el paciente acromegálico suele llegar muy tarde al diagnóstico y, en consecuencia, suele pasar más tiempo en situación de no control de la hipersecreción hormonal, lo cual es perjudicial”.

Signifor, un nuevo análogo de segunda generación para los pacientes con acromegalia inadecuadamente controlada

Signifor está indicado para el tratamiento de pacientes adultos con acromegalia en los que la cirugía no es una opción o no ha sido curativa, y que no están bien controlados con otro ASS, lo que constituye aproximadamente el 45% del conjunto de los pacientes. Para llevar a término el correcto abordaje de la enfermedad es necesario un tratamiento personalizado, con un control bioquímico entero de las concentraciones de la hormona de crecimiento (GH), del IGF-1 y del tamaño del tumor.

En relación a la importancia del control bioquímico total, la Dra. Cámara ha explicado que “Signifor, como análogo de segunda generación, ha demostrado en estudios preclínicos y clínicos que es capaz de lograr el control de IGF-1 tanto en pacientes acromegálicos que no han recibido tratamiento farmacológico anterior, como en los que no se ha conseguido control con análogos de somatostatina de primera generación. Además hay mayores posibilidades de conseguir una mejor respuesta bioquímica cuando se emplea Signifor  que cuando se emplean los análogos de primera generación”.

El mecanismo de acción de Signifor es igual al de los ASS de primera generación, propiciando la unión a los receptores de somatostatina presentes en la membrana celular de las células somatótropas. No obstante, su perfil de unión a dichos receptores es más amplio y con una mayor afinidad por los subtipos sstr1, sstr3 y, en especial, sstr5 en comparación con sus predecesores lo que provoca que el fármaco muestre unas características más favorables y una eficacia superior en comparación con los tratamientos mediante ASS de primera generación a la hora de conseguir el control de los pacientes con acromegalia. Tal y como ha  explicado la Dra. Cámara, “Signifor actúa fundamentalmente sobre los receptores tipo 5 y los análogos de primera generación sobre los receptores de tipo 2. Por eso los efectos sobre el control bioquímico y la masa tumoral son distintos”.

Así, la especialista ha declarado que, a pesar de que el tratamiento de elección para eliminar, o al menos disminuir, la masa tumoral es la cirugía, a veces está contraindicada o el enfermo rechaza esta opción, de modo que “los análogos de somatostatina permiten controlar el tamaño tumoral por efecto directo sobre el crecimiento celular y, posiblemente, por efecto indirecto al inhibir la angiogénesis. En este sentido, Signifor ha demostrado ser más potente que los fármacos actuales de primera generación también en el control del volumen tumoral”, ha enfatizado.

La Dra. Eva López, Directora Médica de Novartis Oncology, ha  indicado que “el compromiso de Novartis Oncology para transformar la vida de los pacientes con enfermedades raras comenzó hace más de 25 años y ha continuado con la creación de la primera unidad especializada en enfermedades raras no oncológicas”. De este modo, la Dra. López, ha remarcado la trayectoria constante y firme de la compañía en el ámbito de la innovación. “Estamos liderando la investigación clínica a nivel global y también en España, especialmente en las fases tempranas, siendo 1 de cada 3 ensayos en fase I promovido por Novartis Oncology”. Además, la doctora ha concluido que “estamos desarrollando más de 50 moléculas en 30 indicaciones diferentes lo que supone uno de los pipelines más completos del sector”.

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