El regreso a Tegucigalpa del destituido presidente Manuel Zelaya ha provocado una nueva oleada de censura en la prensa nacional e internacional, según ha denunciado Reteros sin Fronteras.
La noticia del regreso, así como el llamamiento del derrocado presidente al ejército para que ‘dirija sus fusiles contra los enemigos del pueblo’ ha provocado el endureciento del gobierno de facto. Inmediatamente se ha decretado el toque de queda. Desde el comienzo de las manifestaciones los militares han intentado mantener a la prensa internacional al margen, y han hecho de todo para poner el silencio a los escasos medios de comunicación independientes que todavía permanecen activos en el país.
Todo el barrio de la Embajada del Brasil, donde están refugiados Manuel Zelaya y su esposa desde el 21 de septiembre, ha quedado militarizado con el fin de “lpiar la zona” de manifestantes y periodistas, según los términos empleados un oficial de policía. Se han desalojado los medios internacionales, y entre ellos las agencias internacionales tales como Reuters y Associated Press (AP).
El gobierno de facto de Roberto Micheletti amordaza a la prensa nacional, en particular a los dos medios de comunicación favorables al regreso de Manuel Zelaya, Canal 36 y Radio Globo, que han intentado cubrir en directo los sucesos ocurridos en torno a la Embajada de Brasil, y la represión de los manifestantes. Según Esdras Amado López, director del Canal 36, la cadena no emite desde el 22 de septiembre, a causa de un corte de energía eléctrica. Radio Globo, único medio que transmitió en directo la llegada de Manuel Zelaya a Tegucigalpa, también ha denunciado numerosas interrupciones en su programación. Según ambos medios, el objetivo es pedir la cobertura de la represión y la expulsión de los manifestantes reunidos en torno a la embajada.