28/03/2011 PRLATAM 115.942 SUSCRIPTORES Un centenar de manifestantes pidieron la distribución ayer del diario Clarín y, parcialmente, de La Nación, ambos críticos con el gobierno de Kirchner. Ambos rotativos hablan de atropello a la libertad de prensa.
Varios grupos de personas, entre los que se encontraban también niños, se situaron pasadas las 22 horas del sábado a la entrada de los talleres de presión del barrio de Barrancas, bloqueando la salida de los camiones de distribución. Los manifestantes aseguraron ser familiares de los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR). El principal delegado de los empleados gráficos de Clarín, Luis Siri, viene denunciando que la empresa incumple un fallo judicial de 2005 que la obliga a reincorar a nueve representantes sindicales despedidos un año antes. También reclama que en diciembre pasado fueron despedidos otros tres delegados y un candidato a serlo.
A preras horas de la madrugada aparecieron en escena varios piqueteros vinculados al jefe de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, quien está siendo investigado un magistrado suizo presunto lavado de dinero. Cada vez de Moyano sale a la palestra mediática diferentes escándalos con la Justicia, sus adeptos ‘secuestran’ las instalaciones de Barrancas para pedir que los diarios lleguen a los quioscos. ‘Si tocan a Moyano qué quilombo se va a armar’, dijo uno de los manifestantes. Y el ‘quilombo’ se tradujo en la llegada con retraso de La Nación a los quioscos y el bloqueo más largo sufrido Clarín en toda su historia, que duró 17 horas, hasta las 10:30 de la mañana del domingo.
El bloqueo se produjo a pesar del fallo judicial dictado recientemente el juez Gastón Polo Olivera que obliga a la Ministra de Seguridad, Nilda Garré, a movilizar a las fuerzas del orden para garantizar la libre circulación de los diarios. El fallo establece que el derecho a la protesta no puede prevalecer sobre el derecho de los ciudadanos a estar informados. Sin embargo, los policías que se establecieron en Barrancas se litaron a observar lo que sucedía.
El Grupo Clarín denunció que es la prera vez desde el regreso de la democracia a Argentina, en 1983, que el rotativo no se distribuye. La Nación, su parte estuvo bloqueada hasta las tres de la madrugada y denuncia que nadie explicó qué la protesta contra Clarín se extendió a su planta presora. Desde noviembre, Clarín y La Nación han sufrido cinco piquetes de empleados gráficos y camioneros, pero solo este últo ha sido tan grave como para pedir el reparto durante la mañana del prero de ellos. Tampoco se distribuyó hasta la tarde el periódico detivo del Grupo Clarín, Olé.
El principal columnista de Clarín Eduardo Van der Kooy, consideró que lo sucedido supone ‘una dificultad en la libre circulación de los diarios y significa un cercenamiento a la libertad de expresión’. En un artículo titulado ‘Inquina contra la libertad de prensa’, publicado hoy en La Nación, se critica la inacción oficial. Han sido muchos los periodistas que se han manifestado en relación a estos hechos y que han reclamado a quienes deben garantizar el orden público y las libertades esenciales que reflexionen sobre este atropello a la libertad de informar antes de que sea tarde.
La batalla del gobierno Kirchnerista contra Clarín y La Nación está relacionada con la regulación de Papel Prensa, única planta fabricante de papel para periódicos en Argentina cuya propiedad se reparte entre los dos periódicos y el Estado. Los medios internacionales han destacado el incidente. El Mundo, El País y Público en España, así como el Espectador de Colombia; La Tercera de Chile; El País y El Observador en Uruguay; El Nacional y Globovision en Venezuela; Univision en Estados Unidos; Terra Perú o Últa Hora de Paraguay informaron del bloqueo.
El bloqueo, del que Moyano se ha desvinculado, ha sido condenado dirigentes de partidos opositores, como la Unión Cívica Radical (UCR), la disidencia del Partido Justicialista (PJ, peronista), la Coalición Cívica y la Propuesta Republicana (PRO). También fue repudiada directivos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas.
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