No condeno la televisión que creo en el zapping. La telebasura es un reflejo de una parte desgraciada de la sociedad. Los periodistas deberíamos ser más humildes y menos telepredicadores Está buido escribiendo un libro sobre reflexiones de un ciudadano ante el fenómeno mediático, que pronto saldrá a la venta. La próxa temada la pasará, a caballo entre sus colaboraciones en el periódico La Razón, la revista Tiempo y la radio. Faustino Álvarez hace balance, no es demasiado pesista…
¿Crees que el periodista es un cazador de rarezas?
Creo que el periodista es un contador de historias, que, a veces, pueden ser rarezas.
¿Y disfrutas?
El periodismo consiste más en sorprender que en coleccionar rarezas.
¿Cuál es el mayor valor de un periodista?
Como decía Kapuscinski , la bondad. Pero no en el sentido piadoso sino como sinóno de honestidad, ética y fidelidad a los lectores que les encomiendan la historia de lo que sucede en el mundo. Hay que ser buena persona en el sentido anglosajón de la honestidad.
¿Cuál es el mayor dilema ético de un periodista?
En ocasiones puntuales, contar lo que se sabe y valorar si esa narración puede resultar perjudicial. Estoy pensando, sobre todo, en todo lo referente a las investigaciones policiales.
¿Se abordan con rigor estos dilemas?
Hay periodistas que lo hacen. En general, existe un excesivo afán del pisotón, aquello que praba sobre el cálculo razonable de los efectos. El periodismo español es bastante sensato que la sociedad es sensata y no necesita emociones fuertes.
Entonces, ¿qué opinión te merecen los programas de televisión que sí se nutren de esas emociones fuertes?
La televisión generalista tiene el problema de intentar satisfacer diferentes demandas específicas. Tenemos una gama amplia de valores en juego. No condeno la televisión que creo en el zapping. Es un género que no me entusiasma pero comprendo que hay gente a la que sí le gusta. Por ejemplo, la Telebasura, no es un invento de la aginación de los programas. Es un reflejo de una parte desgraciada de la sociedad.
En tu opinión, ¿acabaremos la Telebasura?
Prero habrá que terminar con la sociedad basura.
Por tanto, de momento, ¿los medios de comunicación educan?
Creo que conducen a una buena perspectiva. Deberían fomentar la vertiente educativa, aunque no en sentido pedagógico. Lo ideal sería plantear alternativas de ocio, de cultura, de información… de forma que el espectador pueda elegir a su libre albedrío. Siempre que el espectador posea la suficiente información, podrá decidir.
¿Decidir entre el valor o el antivalor? ¿Hacia cuál de estas dos vertientes nos dirigos?
Pienso que la mayor parte de los medios de comunicación se encuentran en una línea seria de educar en valores. Pero no hay buenos y malos. Siempre que hablamos de comunicación, hablamos de la vida con sus pasiones y sus grandezas.
¿El concepto antiguo del periodismo como cuarto poder sigue vigente?
El periodista tiene el poder delegado de sus lectores. Somos servidores de la sociedad y ésta elige el que más confianza le merece. No existe el poder del periodista, sí el de las empresas informativas. Por tanto, éstas amplían su espectro hacia lo que va más allá de lo puramente informativo.
¿Qué te parece esta lucha encarnizada de las empresas periodísticas?
Para mí, es una guerra típica de la sociedad capitalista. Hay grandes empresas que quieren prevalecer en el mercado y están siendo consecuentes con sus criterios. Creo que el periodismo debería añadir un valor ético al puramente comercial, que pase la defensa de la libertad, la crítica al poder y la capacidad de arriesgar los planteamientos editoriales.
¿Existe la objetividad?
La objetividad es un posible que cada persona ve la realidad desde su propia perspectiva. Se puede no ser objetivo pero sí honesto. Los periodistas deberíamos ser más humildes y menos telepredicadores.
Pero, qué duda cabe de que la influencia de un periodista es poderosa que, como decía Joseph Pulitzer, el periodista entra en la conciencia…
En el momento en el que la sociedad otorga a un periodista la confianza, éste tiene una responsabilidad muy especial. La humildad es una condición tante para que no pensemos en abusar de ella.
¿Cuánto nos queda para un periodismo que muestre e investigue posibilidades, que dinamice a la gente?
El periodismo no está en un buen momento. Se ha modernizado en formas, pero falta su redefinición en cuanto a la influencia que posee en la sociedad. En poco tiempo, la prensa tradicional será de elite, minoritaria, más cara que el periódico actual para que garantice su independencia. Se podrá atar más a una sociedad seria en cuanto podamos actuar con mayor libertad.
Cada uno, como periodista, debería estar preguntándose a cada rato qué interés tiene determinada fuente para hablar. ¿Nos lo preguntamos o caemos en el unifuentismo?
El periodismo de investigación está muy adulterado. Ya no hablamos con el protagonista de la información, sino con un amigo nuestro que es el jefe de prensa. Aquello que los gabinetes de prensa poseen para facilitar la conexión entre los periodistas y las instituciones corre el riesgo de ser una oficina de maquillaje y desvirtuación. Tenemos que ser recelosos con las notas de prensa y los comunicados y actuar con mayor coraje respecto al protagonista de la noticia.