La APIE y la APM han solicitado a la CNMV que obligue a las empresa a evitar las filtraciones a medios amigos y ha solicitado que el organismo supervisor sea más rápido en la difusión de información.
A continuación transcribos el comunicacdo difundido ambas organizaciones:
La Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) han dado un doble y severo toque de atención a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En una carta, (que PRNoticias adjunta al final de esta noticia), los periodistas avisan de dos procedientos que pueden favorecer la existencia de información privilegiada. Los aludidos son el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, y al vicepresidente del organismo supervisor, Carlos Arenillas.
El prero es la costumbre de muchas empresas cotizadas de dar a conocer sus informaciones tantes a los analistas de las casas de valores, antes que a los periodistas. APIE y APM solicitan a la CNMV que recomiende a las empresas cotizadas acabar con esta práctica. Sólo si la rueda de prensa con los periodistas es previa a la reunión con los analistas se puede garantizar que la información llega a todos los inversores en igualdad de condiciones.
También los periodistas solicitan a la CNMV que haga bien sus deberes internos. Al respecto indican que la lentitud en la publicación en la página web de la CNMV de los hechos relevantes remitidos las empresas cotizadas, propicia que hayan quien disponga de información tante antes que el resto del mercado. Los periodistas no entienden como la CNMV es taxativa a la hora de exigir a las empresas que no den la información a los periodistas antes de que su publique en su página web, pero no hacen lo mismo con los departamentos de relaciones con los inversores que dan la información a los analistas con total libertad.
La CNMV que ahora anda preocupada con los contenidos de los artículos periodísticos la influencia de la nueva Directiva Europea de Abuso de Mercado, le recuerdan al supervisor que debe hacer bien sus deberes. En fin, dos capones de los periodistas a la prepotente CNMV.