En un desolador balance, 16 periodistas han sido asesinados en lo que va de año en el continente. Lla causa es casi siempre la misma: venganzas cubrir noticias peligrosas.
El balance es triste: 16 periodistas fueron asesinados en la región durante los preros nueve meses del 2004, cuatro en México, tres en Brasil, dos en Colombia, dos en Perú y uno en Nicaragua, Haití, Venezuela, República Dominicana y Guatemala.
En la mayoría de los casos se trata de periodistas que investigaban excesos del poder local, vínculos políticos y económicos del narcotráfico y variados temas de corrupción en ayuntamientos y administraciones locales.
Exceptuando al enviado español Ricardo Ortega, muerto en Haití, siete víctas trabajaban como periodistas radiales, cuatro se desempeñaban en periódicos y revistas locales, dos pertenecían a la TV, uno era dirigente de una organización de periodistas y otro era corresponsal de un diario de la capital y, a la vez, comentarista de una radio local.
El único que no pertenecía a la región fue el retero Ricardo Ortega, enviado especial del canal de TV español, Antena 3 asesinado en Haití.
Un péso balance que sólo en México cuenta con 17 denuncias, ante la abulia de los gobiernos latinoamericanos que no son capaces de dar sus periodistas, un marco legal que les proteja adecuadamente para que puedan ejercer su liberta de prensa.