Usa la alabanza más que el reproche, anticípate a sus problemas, anímale en vez de regañarle… Son muchas las pautas a seguir, pero nosotros te las desvelamos…
· Anticipe los problemas, y trátelos antes que se desarrolle el conflicto.
· Ane en vez de regañar.
· Insista en la honradez.
· Escuche las explicaciones antes de llegar a la conclusión final.
· Sea consistente, pero no inflexible.
· Provea para el niño ideas creativas o actividades para que no tenga largos períodos en que pueda hacer travesuras estar aburrido.
· Evite el ridículo y el sarcasmo.
· Explique sus decisiones de disciplina cuando sea posible.
· Establezca límites de conducta claros y definidos, evitando las reglas detalladas o arbitrarias que provocan confusión.
· Haga las decisiones terminantes lentamente, especialmente cuando está cansado.
· Considere las diferencias individuales de los niños y tome sus decisiones de acuerdo con aquéllas.
· Si se hace necesario tomar medidas negativas, aplíquelas con sabiduría.
· No castigue dos veces la misma falta.
· Ejecute el castigo de acuerdo con la ofensa. Se debe tratar con más severidad una mentira que una travesura.
· No discipline en público, ni delante de los amigos de su hijo. Esto traerá humillación y no será efectivo.
· Espere a castigar severamente hasta que usted esté calmado y controlado. Las decisiones repulsivas generalmente hacen que tenga que lamentarlo después. Un niño que es castigado más allá de lo que es justo que sus padres están furiosos, no será corregido ni ayudado, al contrario se sentirá rechazado.
· No castigue al niño obligándole a hacer cosas de provecho que debería hacer de todas maneras. Por ejemplo, algunos padres a veces han obligado a sus hijos a leer poemas o la Biblia como castigo.
· Nunca use el nombre de Dios para intidar o disciplinar. “Si no te tas bien, Diosito te va a castigar”.
· Evite tomar medidas disciplinarias en la mesa. Durante las comidas se debe fomentar una atmósfera de armonía.
· No diga frases que usted sabe que son mentiras (o que asustan al niño). “Si no te comes los frijolitos, el lobo te va a agarrar”.
· Una vez que castigó al niño algo, hágale saber que ya lo ha perdonado. Esto le ayudará a apreciar el perdón.
· Un niño no debe sentirse culpable una reacción emocional natural. Por ejemplo, si tiene temor, ayúdele a vencerlo pero no lo haga sentir culpable, ni lo llame cobarde o miedoso. Recuerde que el cansancio, la soledad, la vergüenza y el dolor son reacciones naturales que los padres deben aceptar como genuinas.
