¿Qué fue de los Últos de Filipinas una vez regresaron a España? Tras desembarcar en Barcelona el 1 de septiembre de 1899, los 33 últos de Filipinas ya no volverían a reunirse en vida. Cegados el hambre, la enfermedad y los disparos independentistas, habían protagonizado 337 días de encierro, en una guerra particular contra filipinos y americanos.
Incomunicados, se negaron a creer que, con la pérdida de Cuba y Filipinas, el Sol se hubiera puesto definitivamente en el Imperio. Pero su legado ha pasado a la Historia como un referente de supervivencia en las academias militares de los Estados Unidos.
Hoy en día, en las Filipinas son un símbolo de amistad y concordia entre Oriente y Occidente. Mientras el gobierno de Gloria Malapagal ha decretado en su honor un día de Amistad Hispanofilipina, los familiares en España quieren rescatarles del olvido, y escribir su página en los libros de Historia. La película “Los últos de Filipinas” popularizó su epopeya, con la inolvidable canción “Yo te diré”, pero bien poco se sabe de lo que ocurrió después.
Tras el rastro de los 33 supervivientes, Línea 900 ha viajado a Viduerna, (Palencia), Mula (Murcia), Osa de la Vega (Cuenca), Almonte (Huelva), Cieza (Murcia), Mallén (Zaragoza) y Martos (Jaén), donde se encuentra, ya nonagenario, Cristóbal Castillo, hijo de Felipe Castillo, el últo en morir, en 1964. En su pueblo le apodaron Diezreales, la pensión de 2 pesetas y media que recibe la tropa una década después de volver. En Mula y Cieza (Murcia), los descendientes del soldado Luis Cervantes y Pascual Real no entienden qué sus abuelos son reconocidos en el extranjero, pero del todo ignorados en su propio pueblo, sin una sple placa, calle o plaza.
Mientras el nieto del teniente médico provisional voluntario Rogelio Vigil de Quiñones muestra en mano el reloj que marcó las últas horas del Imperio, la nieta de Jesús García Quijano, el prer herido de bala insurrecta, explica cómo finalmente sus paisanos le han dedicado la plaza, y cómo en el pueblo palentino de Viduerna también se le recuerda que durante la Guerra Civil de nuevo fue gravemente herido, cuando una avioneta confundió un carro de bueyes con un cañón de artillería.
En Huelva, José Jénez no sólo ha recuperado recientemente la calle que, junto con su paga, le retiraron en el 36. En los últos años, Almonte se ha hermanado con la aldea filipina, y le ha dedicado esta estatua que agina qué hubiera ocurrido en Baler si José, en lugar de disparar contra la carta de paz que traía un niño tagalo, además de no rozarle, también hubiera salido a recibirle.
Mientras en Fuerteventura, el soldado Eustaquio Gopar llegó a alcalde de Tuineje tanto en la República como durante el franquismo, el cota Santos González murió en el 36 a manos de un sargento de la guardia civil. De los 33 héroes de Baler, sólo 13 sobrevivieron a la Guerra Civil. Y probablemente ninguno aginó que su causa aún colearía en el siglo XXI. Sus familias no desisten hoy en día en el empeño contra el olvido de los descendientes de Baler.
Los hijos de Baler es un retaje de Jesús Valbuena y Roberto Monseco (Lynx Vídeo),
Linea 900 es un programa de la 2 de TVE dirigido Jaume Codina, presentado Xavier Muixí y producido Alejandro Amillano.
