La cuestionada directora general de RTVE, Carmen Caffarel ha realizado un balance de sus preros seis meses al mando del Ente Público. Les ha dicho a los periodistas que ha pasado momentos durísos y que no se siente tan querida como sus alumnos de la universidad. No obstante, aseguró que sigue fuerte y con ganas de dar guerra todavía. Nosotros también hacemos un balance de su gestión.
Carmen Caffarel ha cumplido seis meses como directora general de RTVE, un periodo marcado los debates sin solución y la intención de la nueva Administración de prir un sello cultural y educativo al canal, aunque sin perder audiencia. Ello ha llevado a fuertes polémicas el eventual Consejo de Sabios, la regulación de la telebasura, el Caso Urdaci, la politización del canal, la salida de muchos empleados supuestamente afines con el PP y el tempranero anuncio de una privatización parcial del TVE.
De todo ello, Caffarel ha salido más o menos bien parada, dando muchas explicaciones pero realizando muy pocas acciones concretas. ¿El resultado? Un híbrido que no logra convencer a nadie, ni a los que querían una televisión más comprometida con el bien común, ni quienes apuestan una televisión que capte audiencia con programas silares a las cadenas privadas.
Prueba de ello es que la cuota de pantalla de La Prera ha caído notablemente este año y en varias franjas ya está siendo superada los canales privados, algo que era pensable hasta hace un par de años. La solución de Caffarel no ha sido buscar la competencia, sino que ha optado controlar los contenidos de los otros canales e idear extrañas fórmulas para medir la audiencia.
A pesar de todo esto, Caffarel se mantiene perturbable, aunque acusa el golpe señalando que ha pasado de sentirse querida sus alumnos en la universidad a no ser tan querida en algunos momentos. “Pero me he sentido muy fuerte; tenía muy claro lo que quería hacer, que coincidía plenamente con lo que me habían pedido”, ha dicho Caffarel a los periodistas, rematando sus afirmaciones al señalar “sentirse bien, fuerte” y con ganas de “dar guerra todavía”.
Nos parece bien que la señora Caffarel quiera seguir dando guerra, pero el problema es que no debería desperdiciar sus energías contestando a sus detractores, sino que debería actuar y realizar las modificaciones que logran consolidar a TVE como una apuesta viable y a la vez atractiva para todos, ¿o acaso ese no es el eslogan de canal?
