TIJUANA (23/11/04) La revista de investigación mexicana Zeta, tiene el triste récord de haber visto morir a manos de los carteles de la droga a tres de sus empleados. El siguiente en la lista es su editor Jesús Blancolas. El Comité la Protección de los Periodistas, (CPJ) está realizando una investigación asobre este caso y lñas condiciones en que tranajn los periodistas en el norte de México.
Para Jesús Blancolas, editor de periódicos mexicano de denuncia “Zeta”, el precio de investigar los poderosos carteles de la droga de Tijuana ha sido muy elevado. Es virtualmente un prisionero y sólo va de su casa a su oficina acompañado 20 guardaespaldas fuertemente armados. Tres empleados de “Zeta” han sido asesinados; el más reciente de ellos fue el coeditor de Blancolas Francisco Ortíz Franco, baleado frente a sus hijos en junio de 2004.
En un informe especial, “FreeFire Zone”, el Committee to Protect Journalists (Comité la Protección de los Periodistas, CPJ) investiga el asesinato de Ortíz Franco y las condiciones en que los periodistas trabajan en la ciudad de Tijuana en el norte de México.
A partir de entrevistas con investigadores de policía, fiscales, analistas y periodistas durante una misión de una semana de duración, el informe traza una agen de periodistas atrapados en una sangrienta guerra entre carteles rivales.
El CPJ dice que la corrupción oficial en Tijuana tiene un profundo pacto en la prensa. “Muchas de las fuentes que los periodistas usan en Tijuana, de policías a funcionarios gubernamentales, tienen vínculos con los carteles [de la droga] y un interés creado en pasar a los medios información que dañe a las organizaciones rivales. Aunque están al tanto de los riesgos generales, normalmente los periodistas no están al tanto de las relaciones específicas”.
