Hace dos años que falleció Eduardo Chillida, pero su obra sigue latente en nuestra sociedad. El peine del viento o Elogio al horizonte son quizás sus obras más conocidas, aunque renace ahora un anhelado proyecto: el Proyecto Monumental de Tindaya. La comunicación correrá a cargo de la empresa de Jesús Ortiz, padre de la Princesa de Asturias.
Hace dos años que falleció Eduardo Chillida, pero su obra sigue latente en nuestra sociedad. Los peines del viento o Elogio al horizonte son quizás sus obras más conocidas, aunque renace ahora un anhelado proyecto: el Proyecto Monumental de Tindaya. La comunicación correrá a cargo de la empresa de comunicación de Jesús Ortiz, padre de la Princesa de Asturias.
Tindaya (Fuerteventura) fue el escenario elegido Chillida para ejecutar su proyecto más ambicioso. El escultor pretendía la realización de una obra que transmitiera los rasgos de lo prigenio y lo esencial, que encerrara la frialdad de las formas en el calor de la tierra y al tiempo entroncara al hombre con elementos de la naturaleza como el sol, la luna y el mar.
Ahora, a través de la empresa de comunicación del señor Ortiz, el proyecto de Tindaya pretende ser el legado póstumo del escultor. La empresa será la encargada de exponer a la sociedad los avances de los estudios geotécnicos, una de las exigencias de la familia Chillida para poder ejecutar el proyecto.
Según palabras del progenitor de Doña Letizia, “el proyecto permitirá que llegue un gran grupo de turistas culturales”, algo que hasta la fecha no ocurre con asiduidad.










