Las elecciones iraquíes celebradas ayer se presentaban como una prueba de fuego para la política internacional de la Administración Bush. La mayoría de los medios de comunicación no dudan en señalar el éxito de las elecciones, dejando en un segundo plano el medio centenar de fallecidos durante los comicios.
Las elecciones iraquíes celebradas ayer se presentaban como una prueba de fuego para la política internacional de la administración Bush. La mayoría de los medios de comunicación no dudan en señalar el éxito de las elecciones, dejando en un segundo plano el medio centenar de fallecidos durante los comicios.
La campaña mediática orquestada desde la administración Bush durante toda la semana pasada parece haber logrado sus objetivos: los dos principales periódicos de Estados Unidos, Washington Post y The New York Tes, coinciden en señalar las elecciones como un éxito de participación (8 millones de votantes con un 60% de participación), dejando en un segundo plano las víctas de los ataques suicidas del grupo de Al Zarqawi.
En cuanto a televisiones, la cadena Fox news, de talante conservador, entrevistó a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que no dudó en resaltar el valor de los iraquíes a la hora de votar, declaraciones silares a las realizadas el Presidente de la nación, George W. Bush.
Pero no es oro todo lo que reluce: casi medio centenar de víctas en una veintena de ataques pusieron la nota negativa a los comicios. Así mismo, los medios estadounidenses pasaron de puntillas en un tema bastante serio, como es el de la falta de participación de la población sunní en los comicios, lo que puede desencadenar en una sangrienta guerra civil (recordemos que en Irak conviven tres grupos mayoritarios: kurdos, chiíes y sunníes).
Por su parte, los medios árabes coinciden en la visión promulgada desde el continente americano, a excepción de la vetada Al Jazeera, que recoge la escasa participación en la capital del país, Bagdad, así como el deterioro de la seguridad en el país.
Estas elecciones parecen ser el prero de los muchos pasos que debe afrontar el país petrolero hasta lograr su total democratización.
