La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones es noticia todos los días. Cuando un órgano regulador como la CMT, que debería garantizar el equilibrio del mercado de las telecomunicaciones en España mediante el diálogo y consenso con operadores y Ejecutivo, tiene abiertos continuos enfrentamientos con estos agentes, algo o alguien ha perdido la noción de la realidad.
La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones es noticia todos los días. Cuando un órgano regulador como la CMT, que debería garantizar el equilibrio del mercado de las telecomunicaciones en España mediante el diálogo y consenso con operadores y Ejecutivo, tiene abiertos continuos enfrentamientos con estos agentes, algo o alguien ha perdido la noción de la realidad.
Esa parece ser la situación que está protagonizando el actual presidente de la CMT, Carlos Bustelo, cuyas últas declaraciones y decisiones están creando un entorno controvertido que en ningún caso contribuye a estular y fomentar el desarrollo de la Sociedad de la Información en España, un objetivo básico para conseguir superar esa brecha que aún nos separa de la cabeza de Europa.
Con varios frentes abiertos con el Ministerio de Industria y los principales operadores españoles y pocas vías de solución de consenso, no estaría de más que Carlos Bustelo se planteara –en virtud de su profesionalidad su salida a corto plazo del órgano regulador. Por aquí podría pasar la otunidad para reestablecer la armonía y el equilibrio en un sector clave para la economía de este país, teniendo en cuenta que el pulso de las nuevas tecnologías y su popularización son la piedra de toque de la nueva sociedad.
De momento la batalla desde la CMT se recrudece y para muestra no pueden pasar desapercibidos la ruptura existente entre este órgano y el Ministerio de Industria con el que mantiene un duelo permanente desde el pasado mes de agosto en torno al traslado de la sede del regulador a Barcelona.
Además, Bustelo se ha enfrentado también a los cableoperadores, que piden intervención para regular el mercado de contenidos audiovisuales; al tiempo que condiciona sistemáticamente la actividad de operadores como Telefónica a la que cada día tira tierra sus propuestas de desarrollo de la Sociedad de la Información en España.
Basta que en distintos foros se insista en la necesidad de intensificar la competencia pulsando el mercado con nuevas ofertas y evitando una regulación exante, para que el regulador adopte decisiones que coartan de raíz la posibilidad de estular la demanda en un mercado que de sí ya es altamente competitivo. Bustelo tendrá que plantearse si es ésta la fórmula para que España no pierda el tren de la Sociedad de la Información.
Tampoco estaría de más que a pesar de sentirse blindado su mandato nombrado el anterior gobierno del PP hasta el 2008 el señor Bustelo recapacitara un “poquito” sobre lo acertado o desacertado de sus decisiones y comtamiento al frente de la CMT. Cuando desde todos los frentes: Ministerio de Industria, operadores de redes fijas y móviles, cableoperadores o empresas de Intet –la últa en sumarse a las críticas ha sido Terra se critica abiertamente la política llevada a cabo el señor Bustelo, es que algo está haciendo mal.
Por favor señor Bustelo, recapacite un poco y si no se siente en condiciones de dirigir acertadamente la CMT, favor deje paso a otro gestor. Lo que menos necesita el sector, el bien del desarrollo tecnológico de España, es broncas y resoluciones absurdas.










