Las dificultades son otunidades que nos da la vida para fortalecernos. De esas batallas podemos salir reforzados y con una mayor autoesta.
Las dificultades son otunidades que nos da la vida para fortalecernos. De esas batallas podemos salir reforzados y con una mayor autoesta.
Víktor E. Frankl, un psiquiatra, cuenta en “El hombre en busca de sentido” las peripecias de un colectivo de judíos prisioneros en campos de exterminio nazi, liderados el propio Frankl, que cada día buscaban (y encontraban) motivos para seguir vivos y mantener la esperanza.
Frankl continuó investigando sobre las actitudes positivas como medio de supervivencia y acuñó el término logoterapia, un método terapéutico que utiliza como elemento de curación la capacidad que todo individuo tiene para pensar, hablar y hablarse a sí mismo, en positivo.
La clave es restringir los pensamientos negativos y fomentar la fe en nosotros mismos, buscando en cada momento la respuesta más conveniente a nuestros problemas. No se trata de negar las dificultades, sino de trasmitirnos consignas que nos ayuden a superarlos.
¿Quién no ha visto a los tenistas hablarse a sí mismos en pleno partido, anándose, corrigiéndose, estulándose? Han sido entrenados psicológicamente para ello, para superar esos momentos de flaqueza o desaliento dándose ános a sí mismos, apelando a su fuerza interior, a esa actitud positiva y optista.
Otros autores han definido la logoterapia como una técnica de autoinstrucciones que se ha de aplicar en los momentos de dificultad. Consiste en anarnos a nosotros mismos emitiendo mental y verbalmente mensajes positivos de áno del tipo “vamos, vamos”, “adelante” “tu puedes” “puedes conseguirlo” y otros que en ocasiones solemos utilizar para anar a los demás.










