En la Tierra a jueves, diciembre 18, 2025

La FAPE se defiende

El estatuto del periodista va camino de convertirse en un culebrón. Tras las preras declaraciones de Fernando González Urbaneja, presidente de la FAPE, en las que abogaba introducir modificaciones en el texto presentado Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, los sindicatos no dudaron en calificarlas como resultado de su desmedido afán de notoriedad. Dentro de quince días la FAPE tiene previsto presentar un texto paralelo. La polémica está servida.

El estatuto del periodista va camino de convertirse en un culebrón. Tras las preras declaraciones de Fernando González Urbaneja, presidente de la FAPE, en las que abogaba introducir modificaciones en el texto presentado Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, los sindicatos no dudaron en calificarlas como resultado de su ‘desmedido afán de notoriedad’. Dentro de quince días la FAPE tiene previsto presentar un texto paralelo. La polémica está servida.

El Foro de Organizaciones Periodistas venía trabajando desde algún tiempo en un borrador de lo que en un futuro debería ser un Estatuto Profesional de los Periodistas. Dicho texto fue recogido Izquierda Unida, quien lo presentó en el Congreso de los Diputados, con la desaprobación de la FAPE, que representa a las asociaciones de periodistas, con más de once mil afiliados, y que lo consideraba el texto como algo incompleto y con algunos puntos nocivos para la profesión.

Lo cierto es que la FAPE considera que el Foro pretende legitarse con su participación, al ser la única organización que garantiza un registro oficial de periodistas, de ahí que durante su últa asamblea hayan decidido abandonar el Foro y presentar un estatuto paralelo.

Del texto presentado Izquierda Unida a instancias de los sindicatos consideran poco viable la creación de un consejo estatal de la información, en el que los periodistas quedarían en minoría frente a otros organismos ajenos al periodismo. Dicho consejo, a su vez, tendría la potestad de otorgar el cat de periodista, con lo que el papel de las asociaciones de prensa, colegios profesionales y Facultades de Ciencias de la Información se reduciría al de meras comparsas.de los sindicatos

Otro de los puntos conflictivos es el que aboga la creación de consejos autonómicos dependientes de dicho consejo estatal, el cual también tendría capacidad sancionadora, lo que se atribuirían competencias jurídicas que no le corresponden.

En lo que a las normas deontológicas se refiere, la FAPE también muestra su desacuerdo con el texto, que pretende dejar fuera del proceso a los periodistas, verdaderos plicados. La solución que ofrece la organización presidida Urbaneja es crear un consejo deontológico más independiente, al estilo de los consejos audiovisuales actuales.

En este proyecto de estatuto, la definición de periodista también queda en el aire, puesto que la presentada es bastante genérica (básicamente se alude a que cualquier persona que se dedique a difundir información durante un tiempo determinado y que reciba una retribución ello puede considerarse periodista), lo que acentuaría aún más el intrusismo que nuestra profesión ya padece.

A pesar de estas diferencias, la FAPE sí respalda la definición del secreto profesional y la cláusula de conciencia que se hace en el borrador.

Para finalizar, la FAPE ha solicitado diversas reuniones con los grupos parlamentarios, la mayoría de los cuales abogan una modificación del texto para lograr la tan ansiada concordia.


 

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