Hace dos días el director de Telemadrid Manuel Soriano se defendía de las acusaciones de manipulación informativa desde las páginas de La Razón. La polémica desde la emisión de su retaje sobre el 11M en que se analiza el accionar de La Ser después de los atentados, no ha dejado indiferente a nadie. Prero fueron los sindicatos del Ente Autonómico, luego TVE mediante 59 Segundos y ahora los sindicatos del Ente Público piden explicaciones. El problema es el modelo de TV autonómica en España que está totalmente alejado de cualquier independencia política. Por ello se deben buscar fórmulas para modificarlo y evitar de que este tipo de conflictos se sigan produciendo.
Hace dos días el director de Telemadrid Manuel Soriano se defendía de las acusaciones de manipulación informativa desde las páginas de La Razón. La polémica desde la emisión de su retaje sobre el 11M en que se analiza el accionar de La Ser después de los atentados, no ha dejado indiferente a nadie. Prero fueron los sindicatos del Ente Autonómico, luego TVE mediante 59 Segundos y ahora los sindicatos del Ente Público piden explicaciones. El problema es el modelo de TV autonómica en España está totalmente alejado de cualquier independencia política y se deben buscar fórmulas para modificarlo.
Toda esta polémica que se mantiene vida desde las páginas de algunos medios de comunicación, es una muestra más de que todos los contenidos que las cadenas de servicio público entregan a sus espectadores deben ser revisados con lupa para no herir susceptibilidades de ningún sector, independientemente del partido político que sea. Telemadrid emitió un retaje conflictivo que ha dado mucho que hablar y que ha despertado a muchos detractores.
Sin embargo, sin tar la tendencia política el caso de Telemadrid como tavoz del Gobierno, como han dicho parlamentarios socialistas, no es un caso aislado en el resto de las autonomías españolas con canal propio. Ya ha pasado con el tratamiento informativo del Prestige en Galicia con TVG (un gobierno del PP) o de igual manera con la Crisis del Carmel en TV3 (un gobierno socialista). Dos ejemplos claros de manipulación en dos sentidos distintos del espectro político. Tampoco se salvan los informativos de ETB en el País Vasco y Canal Sur en Andalucía.
La propia TVE carece de una visión objetiva a la hora de hablar de las informaciones del Ejecutivo (con el PSOE y el PP). Ejemplos claros de que estos canales sirven a sus Administraciones y esto se nota más en quienes están contrarios al Gobierno de turno. Quizás esté fallando el modelo de TV público, un modelo empresarial que obliga al Gobierno autónomico a tener la mayoría de la participación accionarial de su canal, y ya sabemos que un político en el poder con medio de comunicación propio no puede resistirse a usarlo en su beneficio mediático personal.
Esta claro que los canales autonómicos no se autofinancian y que sus ingresos dependen demasiado de los presupuestos autonómicos, De hecho, la gran mayoría de estos canales tienen graves endeudamientos, que si medos a escala procional, son incluso mucho mayores que el de TVE. Tenemos entonces un desafío muy grande para la cartera de Administraciones Públicas de Jordi Sevilla: reformar el modelo de TV autonómica, al igual como se quiere reformar la TV pública de ámbito nacional. Es la única manera de terminar con estos vicios que sólo perjudican a la población transformando a las señales autonómicas, bastiones de la identidad de cada región, en la oficina de prensa del Gobierno de turno.
