Entre los tres y los cuatro años, el niño comienza a entender los beneficios de compartir y comtarse amablemente con otros amigos. Por eso, debemos fomentar todos los juegos en los que la interacción se da naturalmente.
Entre los tres y los cuatro años, el niño comienza a entender los beneficios de compartir y comtarse amablemente con otros amigos. Por eso, debemos fomentar todos los juegos en los que la interacción se da naturalmente.
Pero no hay que preocuparse si todavía le cuesta prestar sus juguetes: es natural. No lo fuerce. A medida que crece, poco a poco va comprendiendo el significado del compartir que es la base de la amistad entre las personas.
Para fomentar estas actitudes, es tante darle mucho cariño y atención; un ambiente de independencia, sin un exceso de protección, que perjudica la autoesta; conversación y ejemplo.
Ya a los cuatro años, el niño tiene un vocabulario más rico y más destrezas motoras, lo que seguramente estará comenzando a usar los dibujos y otras expresiones artísticas para comunicarse de forma más expresiva.
Un buen regalo es una cámara de fotos. Los niños aprenden a contar historias con las fotos: la casa, el colegio, los pros. Una vez presas se vuelven temas de conversación que facilitan que el niño describa las experiencias, la gente y los lugares que conoció.
Entre los cuatro y cinco años, el juego aginativo sigue siendo parte tante de la socialización de los niños. Además aprenden las reglas para poder jugar en armonía: el compartir; el esperar el turno de cada uno… Al proveer un ambiente de juego y los juguetes que fomentan el recreo, los detes y la interacción, se estulará la creciente sociabilidad del niño.
