Enhorabuena Andreu. A Sardá se le ha ido la olla y tú poco a poco estás consiguiendo ganarle la partida. Ayer lo de Crónicas Marcianas fue una vuelta más a la desvergüenza al despropósito, al submundo de lo más repugnante. Mientras se besaban y frotaban dos seres que dicen ser bisexuales, cuando deberían decir anormales. No sus inclinaciones sino su carencia total de masa gris. En Antena 3, Andreu entrevistaba al presidente de la comunidad de vecinos de “Aquí no hay quien viva” y a Ana Torroja, ex de Mecano.
Enhorabuena Andreu. A Sardá se le ha ido la olla y tú poco a poco estás consiguiendo ganarle la partida. Ayer lo de Crónicas Marcianas fue una vuelta más a la desvergüenza al despropósito, al submundo de lo más repugnante. Mientras se besaban y frotaban dos seres que dicen ser bisexuales, cuando deberían decir anormales. No sus inclinaciones sino su carencia total de masa gris. En Antena 3, Andreu entrevistaba al presidente de la comunidad de vecinos de Aquí no hay quien viva y a Ana Torroja, ex de Mecano.
Se chocaban las tetas, las lenguas, se frotaban… ¿Dónde está el límite al mal gusto? Sardá ha perdido el norte y no hace sino desbarrar. A su grupo de incondicionales, de los cuales se salva únicamente Carlos Latre, se unían el enfermo aginario de Pocholo, las meretrices bisexuales de Yola y Malena, la pobre Ámbar, a la que han negado hasta su nombre artístico, más operada y vomitiva si cabe. No es una pos ni un problema de progresía, lo de ayer era de vergüenza, de vómito. Seres que deberían estar desterrados, personajes que lo único que han hecho es llenar sus deplorables cuerpos de silicona, se daban cita en una orgía de palabras malsonantes, de gestos obscenos. Capaces de dirigirse a las más altas Instancias del Estado, como si de sus iguales se tratase… Un poquito de favor.
Los datos han sido claros y reveladores Andreu hizo un 31,1 de share, mientras las indecencias de Sardá sólo consiguieron un 25,3. Esto quiere decir claramente que si a la repugnante Telebasura se le pone enfrente un programa de calidad, cae su peso. Ahora llega el turno de la reflexión para aquellos que se tengan que plantear entre ver más mierda o un programa de variedades, que sin red, y sin censura es capaz de divertir. Enhorabuena Buenafuente.
Pedro Aparicio










