Jesús Infiesta lleva muchos años ejerciendo la profesión de periodista, sobre todo en el ámbito de la salud, sector en el que reconoce haberse sentido más cómodo, a pesar de que ciertas noticias le han llevado a una disyuntiva entre sus convicciones de sacerdote y su labor como informador. Sin embargo, lo que la gente le conoce, le para la calle y le pide autógrafos es sus apariciones televisivas en programas como TNT o A tu lado.
A Jesús, esto de la vocación le llegó muy pronto, y no sólo la de sacerdote, sino también la de periodista. Tal y como nos cuenta, ya en el colegio empezó a hacer sus pinitos. Después llegó al seminario y más tarde le ordenaron sacerdote, pero su vocación de periodista, lejos de abandonarle le acompañó en este espiritual trayecto. Claro, que con maestros como Alejandro Fernández Pombo, es comprensible. Así lo afirma Jesús, que recuerda con nostalgia, sus clases en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, que en ese momento dirigía el que llegaría a ser director del extinto diario Ya y presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid. Ahí conoció también a periodistas de la talla de

En un prer momento, Jesús se dedicó a la información religiosa, aquello de “zapatero a tus zapatos”. Sin embargo, con el paso de los años, fue abarcando otras áreas. La educación y la salud, han ocupado muchas páginas de su larga trayectoria como periodista. Cómo a él le gusta decir, a lo largo de su carrera, ha conocido a seis presidentes de la Conferencia Episcopal, seis ministros de educación y otros tantos de salud. Y sin embargo, con cierta diplomacia, nos dice que no sabría con cuál quedarse. Y debe ser cierto, que si algo es Jesús, es un hombre que va de frente, sin ningún tipo de rodeos. Habla con claridad y no esconde sus opiniones, aunque muchas le podrían traer más de un problema en el ámbito de la Iglesia.
En su extensa vida periodística, ha conocido a mucha gente. ¿Y si tuviera que quedarse con uno? Antes de contestar quiere hacer una distinción entre laicos y religiosos.
De estos segundos, sin dudarlo se queda con el Cardenal Tarancón, un hombre que según expresa abrió las puertas de la Iglesia española hacia la modernidad, hacia el progresismo. Un ser humano excepcional, al que tuvo el honor de entrevistar y del cual llegó a publicar una biografía. Porque Jesús es escritor.
De los laicos, elige al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba al que admira su arrolladora personalidad y trayectoria.
La televisión le parece algo frívola, aunque bromea diciendo que desde que sale en programas como TNT o A tu lado, su audiencia en misa va subiendo. Parece contradictorio que a pesar de la frivolidad, siga apareciendo ante las cámaras con cierta frecuencia. Pero, a Jesús le apasiona la comunicación.
Nos comenta que a pesar de haber probado todos los medios, se queda con la prensa, donde aún es posible hacer una información veraz y contrastada. Pero se queja de que después de haber trabajado en periódicos como La Vanguardia, Ya, Arriba, citar algunos, la gente le conozca que “sale en la tele”.
Por cierto, que la tez morena con la que ha acudido a nuestra entrevista no es producto de un bronceado playero, sino de la sesión de maquillaje obligada antes de rodar un programa.
Gracias a Jesús Infiesta, entre otros, los periodistas contamos con la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), de la que es socio fundador. Y es que su experiencia en el ámbito de la información sanitaria le llevó a plantearse la necesidad de que hubiera una herramienta útil que defendiera los intereses de los informadores del sector.
La información de la salud es la que más años ha ocupado de su carrera profesional y muchas veces le ha puesto en aprietos. No es fácil siendo sacerdote informar sobre temas tan “espinosos” para la Iglesia, temas como pueden ser el aborto, métodos anticonceptivos, etc.
Según nos comenta, un buen periodista es aquel capaz de hacer una información veraz, auténtica y sin herir sensibilidades. Por eso apuesta la creación de un código deontológico dentro de la profesión.
Las ágenes que el Vaticano ha emitido de la agonía del Papa le parecen hirientes. El dolor y el sufriento de un anciano en sus últas horas de vida, son un espectáculo cruel, al que el Papa no debería haber sido sometido.
“Es la prera vez que vemos a un Papa enfermo”, afirma. Hasta ahora, el Vaticano nunca había informado sobre un tema como este, de tal manera que existía el dicho de que un Papa nunca enferma, sólo muere.
En más de siglo y medio de historia del Vaticano, nunca se había informado con tanta amplitud, es algo totalmente novedoso y esta puede ser la razón de que se estén cometiendo errores. Sin embargo, aún quedan muchas cosas saber, que a pesar de la avalancha de ágenes e informaciones, nunca se ha llegado a decir claramente cuál era la enfermedad del Papa.
¿Y qué hay de la elección del nuevo Papa? Se ríe y nos dice que eso sólo lo sabe el Espíritu Santo, pero que él tiene su “quiniela”.
Cabrían dos posibilidades. Una es la de elegir un Papa de transición que podría ser el Cardenal Ratzinger o el ex arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini. Nos comenta como anécdota, que una vez preguntaron a monseñor Martini sobre sus posibilidades como sucesor y que hábilmente contestó: “Prefiero ser Martini rosso que Martini bianco”.
Ratzinger tiene a su favor un gran carisma y una increíble profundidad teológica, pero es quizás demasiado conservador.
La otra posibilidad es que no haya transición, para la cual los “favoritos” son el cardenal Tettamanzi “un hombre bonachón y un gran teólogo” y el hondureño Rodríguez Maradiaga, que sería capaz de hacer un gran trabajo, igual que Juan Pablo II tuvo una acción Este – Oeste, Maradiaga lo haría Norte –Sur, lo cual beneficiaria a los países más pobres.










