En la Tierra a domingo, diciembre 21, 2025

Consecuencia de la ruptura en los hijos

Si la separación ocurre durante el embarazo o durante los preros meses de vida, es probable que el niño se vea afectado el estado de áno de la madre, y lo tanto pueda nacer con poco peso o con retraso en el desarrollo cognoscitivo y emotivo…

Si la separación ocurre durante el embarazo o durante los preros meses de vida, es probable que el niño se vea afectado el estado de áno de la madre, y lo tanto pueda nacer con poco peso o con retraso en el desarrollo cognoscitivo y emotivo…


· Entre uno y tres años en la época de la separación es probable que se vuelva muy tímido, se comte como un niño más pequeño que su edad afectiva, requiera mucha más atención y tenga pesadillas nocturnas.

· De 3 a 6 años, el niño no entiende todavía qué es una separación, pero al notar que uno de los miembros de la pareja no duerme en casa, es probable que piense que es su culpa, y reaccione de formas opuestas: o se vuelve muy obediente (pensando que si es bueno el padre volverá) o también mucho más agresivo o rebelde de lo que su carácter haría esperar. En esta edad, además algunos de los pequeños niegan la ruptura tanto a sí mismos como a los demás (mienten a los parientes o amigos diciendo que sus padres todavía duermen juntos de noche, y ellos siguen jugando con muñecas durante meses, sulando su propia familia y haciendo que sus padres duerman uno al lado del otro).

· Hasta los 6 años: un gran temor a ser abandonados, junto con una profunda sensación de pérdida y de tristeza. Pueden sufrir trastornos del sueño, de alentación y adoptar conductas regresivas.

· De los 6 a los 9 años: aparecen sentientos de rechazo, las fantasías de reconciliación y los problemas de lealtad. Es posible que los niños experenten rabia, tristeza y nostalgia el padre que se ha ido. En los casos en que los cónyuges han tenido conflictos graves, algunos hijos pueden vivir una lucha entre sus afectos los padres y la madre. Otras veces, se les descuida en el aspecto material, obligándolos a que preparen la comida, vigilen a los hermanos menores y asuman responsabilidades demasiado pesadas para su edad.

· De los 9 a los 12 años: suelen manifestar sentientos de vergüenza el comtamiento de sus padres, y cólera o rabia hacia aquel que tomó la decisión de separarse. Además aparecen los intentos para forzar la reconciliar a sus padres, el descontrol de los hábitos adquiridos y problemas somáticos (dolores de cabeza, estómago…)

· De los 13 a los 18 años, la separación de los padres causará problemas éticos, y provocará, lo tanto, fuertes conflictos entre la necesidad de amar al padre y a la madre y la desaprobación de su conducta. Generalmente las reacciones más comunes en esta etapa son:

· Una madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del  progenitor ausente, aceptando sus responsabilidades.

· Por el contrario podría adoptar una conducta antisocial: no acata ni acepta          las normas, desobediencia, conductas de robo, consumo de alcohol, drogas…

 

La separación no necesariamente debe causar estas reacciones, pero sí algunas de ellas.

 

Fuente: KIDETZA Xabier Moñux y Maribel Elustondo

 

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